13 de agosto 2009 - 09:46
Cromañón hoy por dentro
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En el salón principal y junto a las paredes, permanecen tiradas en el piso banderas rotas que el público había llevado para homenajear a Callejeros, mediante las cuales expresaba el sentimiento de fidelidad que le brindaba.
Los cables cortados y quemados de las conexiones eléctricas aún cuelgan del techo y el escenario parece lo único que quedó intacto, como aquella noche de diciembre: un telón de fondo, con la imagen gráfica del disco "Rocanroles sin destino" que era presentado al público quedó colgado como símbolo de la tragedia.
A lo largo de la recorrida, se pudo observar las paredes del salón marcadas por manos sucias de hollín.
Los baños, que en algunos casos fueron utilizados como guardería para los chicos que eran llevados por sus padres, quedaron totalmente destruidos, con los espejos estallados.
También quedó el polémico portón de emergencia que la noche de la tragedia estaba encadenado e impidió la salida de muchos jóvenes que se amontonaron e intentaban escapar del humo.
Sobre un lateral de la puerta de ingreso aún quedó colgado un cartel plastificado que decía "Prohibido ingresar con alcohol, cohetes y bengalas".
El final del juicio por la tragedia se producirá el miércoles de la semana próxima.
A las 15, el TOC 24 tiene previsto dar lectura a la parte resolutiva del veredicto en la sala donde se juzgó a las Juntas Militares en 1985, pasar a un breve cuarto intermedio y después dar a conocer un resumen de los fundamentos del fallo.
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