La NASA anunció tormentas solares que podrían producir auroras australes en la Patagonia

La NASA y la ESA informaron sobre anomalías en el Sol que pueden dañar muchos sistemas electrónicos en satélites y en tierra. Se verían en el sur de Argentina y Chile.

Una gran tormenta solar fue detectada por la NASA y la ESA y podría espectaculares auroras boreales y australes.

La NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) informaron sobre una tormenta solar con posibles consecuencias que afectarían a la red eléctrica y la conectividad virtual. El fenómeno podría generar auroras australes en la Patagonia y en Chile, con la posibilidad de que incluso sean visibles en localidades como San Carlos de Bariloche, siempre que las condiciones meteorológicas lo permitan; durante la noche de este martes y el miércoles.

La Agencia Espacial Española (AEE) lanzó una advertencia al detectar una intensa tormenta solar que impactó la Tierra durante la madrugada de este domingo, lo que despertó ciertas alarmas. El fenómeno alcanzó un nivel G4 en la escala de tormentas geomagnéticas lo que podría provocar efectos severos en distintas infraestructuras del planeta.

Según indico la AEE, el impacto elevó el índice geomagnético Kp a 8, lo que significa una tormenta severa capaz de alterar redes eléctricas, afectar comunicaciones por radio, interferir en señales GPS y generar problemas en satélites. Por lo que, la actividad solar podría intensificarse en las próximas horas, aunque hasta el momento no se reportaron daños graves.

¿Qué son las tormentas solares?

Una tormenta solar, también llamada tormenta geomagnética, es un evento que se produce cuando el Sol emite una gran cantidad de partículas cargadas y radiación electromagnética, que interactúa con el campo magnético terrestre y la atmósfera superior de la Tierra (la llamada magnetosfera).

Este tipo de eventos son monitoreados por organismos internacionales como la NASA la ESA y la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA), ya que su impacto puede variar desde leves interferencias hasta consecuencias severas en la vida cotidiana y en las infraestructuras críticas de alta tecnología.

Un fenómeno similar ocurrió en mayo del año pasado, cuando los cielos patagónicos se tiñeron de rosado, rojo y naranja. Aquella vez, el evento fue visible desde localidades como Ushuaia, El Calafate y El Chaltén, y las imágenes dieron la vuelta al mundo.

En esta oportunidad, si bien las condiciones se moderaron ligeramente después del pico inicial, los modelos de predicción advierten que la actividad solar podría volver a intensificarse en las siguientes 24 horas. Las agencias espaciales europeas y estadounidenses continúan con un monitoreo constante del fenómeno