La desigualdad entre hombres y mujeres

La crisis del coronavirus no hace más que evidenciar y exacerbar la realidad que diariamente viven las mujeres.


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Además de los efectos médicos y sanitarios sobre los que los medios informan diariamente, existe un impacto social del que prácticamente no se habla. La cotidianeidad que nos impone la pandemia de coronavirus pone en evidencia el modo en el que solemos organizarnos y expone problemas sociales irresueltos, como sucede por ejemplo con la desigualdad entre hombres y mujeres.

De acuerdo a diferentes informes nacionales e internacionales, las mujeres realizan normalmente más de tres cuartos de los trabajos de cuidado no remunerado y dos tercios de los trabajos de cuidado que sí reciben remuneración. Es decir que gran parte de las tareas de cuidado, ya sean profesionales o informales, recae sobre las mujeres.

Muchos pensarán que estamos atravesando una situación excepcional que no debería ser tomada como parámetro, pero precisamente es este contexto el que no hace más que evidenciar y exacerbar la realidad que diariamente viven las mujeres. Esta situación excepcional recrudece la desigualdad entre hombres y mujeres y demuestra la necesidad no solo de un cambio cultural que ponga fin a la imposición de roles de género, sino también de la implementación de políticas públicas de cuidado que permitan reconocer y redistribuir la carga de aquellos trabajos no remunerados que hoy mayoritariamente recaen sobre las mujeres (cuidado de enfermos, de niños, de personas mayores, de personas con discapacidad, el cuidado del hogar).

Si bien no es la única causa, el cuidado representa una de las principales fuentes de desigualdad de género: las mujeres dedican en promedio 3 horas diarias más que los hombres al trabajo no remunerado, aun cuando ellas también se encuentren participando activamente en el mercado laboral. A pesar de ser uno de los pilares de la sociedad -como ha quedado en evidencia durante este período de aislamiento-, el trabajo de cuidado no remunerado o mal remunerado es una cuestión que viene siendo postergada en la agenda pública y sobre la que nos urge trabajar por ser uno de los principales factores que perpetúan la desigualdad entre hombres y mujeres.

Todas estas situaciones impactan directamente en la economía de las mujeres. Por eso, el próximo 22 de abril, Día por la Igualdad Salarial entre Mujeres y Hombres en la Ciudad de Buenos Aires, reflexionemos sobre la importancia de los trabajos de cuidado y la necesidad de generar un verdadero cambio cultural hacia la igualdad de oportunidades en todos los ámbitos.

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