28 de septiembre 2025 - 18:30

El popular entrenamiento para adultos mayores que ayuda a fortalecer los huesos

Un estilo de vida fitness en la vejez puede ser más accesible y simple de lo que la mayoría imagina.

Un ejercicio simple para adultos mayores pero muy efectivo.

Un ejercicio simple para adultos mayores pero muy efectivo.

El entrenamiento es uno de los pilares fundamentales para envejecer de manera saludable. Mantenerse activo en la adultez mayor no solo ayuda a preservar la fuerza muscular y el equilibrio, también es clave para prevenir enfermedades crónicas y mantener la independencia funcional.

En este contexto, investigadores han puesto el foco en un tipo de entrenamiento particular: los ejercicios con saltos. Aunque pueda sonar sorprendente, se trata de una práctica sencilla que, bien aplicada, puede mejorar la densidad ósea, un factor determinante para prevenir la osteoporosis y las fracturas. Así, los saltos aparecen como un aliado inesperado pero efectivo para la salud ósea en personas mayores.

Saltar la soga
Involucrar saltos al entrenamiento puede ser efectivo para los músculos y la movilidad.

Involucrar saltos al entrenamiento puede ser efectivo para los músculos y la movilidad.

Los expertos lo recomiendan: cómo incorporar saltos a tu entrenamiento

De acuerdo con los especialistas, incluir saltos controlados en la rutina de entrenamiento puede estimular de manera directa la densidad mineral ósea. El impacto generado por los movimientos ayuda a fortalecer huesos y articulaciones, además de mejorar la coordinación y el equilibrio. Se trata de una actividad que, con la intensidad adecuada, complementa otras prácticas como caminar, nadar o realizar ejercicios de resistencia.

Para incorporarlos de forma segura, los expertos recomiendan comenzar con saltos suaves, de baja altura y en superficies estables. Puede hacerse con ejercicios simples, como saltar en el lugar o dar pequeños rebotes, siempre priorizando la técnica y la progresión gradual. Incluso, quienes no se animen a hacerlo de pie pueden practicar versiones adaptadas, como levantar ambos pies del suelo estando sentado, para ir ganando confianza y fuerza antes de avanzar.

Las claves a tener en cuenta

Si bien los saltos ofrecen beneficios comprobados, no están exentos de riesgos. En personas con problemas de equilibrio, fragilidad ósea avanzada o lesiones articulares, pueden aumentar la probabilidad de caídas o molestias. Por eso, antes de iniciar este tipo de entrenamiento es fundamental consultar a un médico o kinesiólogo, para asegurarse de que la práctica sea apropiada para cada condición física.

También es importante realizar un calentamiento previo y usar calzado adecuado que brinde buena sujeción. Los movimientos deben empezar de forma progresiva, con pocas repeticiones, e incrementarse solo a medida que el cuerpo se adapta. La clave es encontrar un punto de equilibrio: aprovechar los beneficios de los saltos sin forzar al organismo, para que el ejercicio sea seguro y efectivo en el cuidado de los huesos.

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