25 de agosto 2025 - 22:30

La importancia del entrenamiento para reducir el riesgo de ACV

Para prevenir este tipo de complicaciones y accidentes, no hay mejor remedio que la actividad física.

La mejor manera de prevenir un ACV es la actividad física.

La mejor manera de prevenir un ACV es la actividad física.

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Uno de los miedos más frecuentes de las personas conforme avanza la edad es el peligro de un accidente cerebro vascular (ACV). Esta situación implica un riesgo grave de salud, y la mejor solución es el entrenamiento. Si se puede llevar adelante un estilo de vida fitness, mejor.

Se estima que anualmente 14 millones de personas sufren de accidentes cerebrovasculares en todo el mundo. Esto representa la segunda causa de fallecimiento y el principal motivo de discapacidad global. En Argentina son 120.000 personas las que sufren sus consecuencias al año.

Caminar
El entrenamiento, ya sea intenso o moderado, es la mejor manera de prevenir accidentes cerebro vasculares.

El entrenamiento, ya sea intenso o moderado, es la mejor manera de prevenir accidentes cerebro vasculares.

El entrenamiento puede ayudar a prevenir un accidente cerebrovascular

La relación entre actividad física y prevención de ACV fue objeto de numerosos estudios en todo el mundo. Los hallazgos publicados indican que incluso niveles bajos de actividad física pueden reducir el riesgo de ACV en comparación con el sedentarismo.

Según organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS), se recomienda realizar al menos 150 minutos semanales de actividad física de intensidad moderada, o 75 minutos de actividad vigorosa. La Asociación Americana del Corazón (AHA) recomienda caminatas rápidas, aeróbicos acuáticos, bailes de salón, jardinería, tenis de dobles y ciclismo informal como ejemplos de ejercicio moderado.

Para los que busquen más intensidad correr, nadar, saltar la cuerda, andar en bicicleta a mayor velocidad o realizar trabajos de jardinería exigentes también son opciones válidas.

La recomendación de la Organización Mundial de la Salud

Según la OMS un adulto de 40 años debería practicar actividades físicas aeróbicas moderadas durante al menos 150 a 300 minutos o, en su lugar, actividades físicas aeróbicas intensas durante al menos 75 a 150 minutos.

De todas maneras, en caso de no llegar al objetivo, hacer un mínimo de actividad física siempre va a ser más efectivo que ser sedentario.

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