Nuestros pueblos mágicos

Abrir los brazos en cruz y respirar profundamente un aire que limpia el espíritu es un placer. Si además eso viene acompañado de buena comida, silencios, historias y gente que te sonríe y te saluda a cada paso, se podría decir que es un viaje perfecto.

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Cuando uno decide comenzar a recorrer los pueblos que conforman el corazón de la Provincia de Buenos Aires inicia un camino de ida. Los paisajes de la pampa son extensos, rústicos, ventosos en invierno y súper cálidos en verano. Ocultan aquí y allá la belleza de sus pequeños rincones, sitios donde la vida transcurre al ritmo acompasado de la siesta, donde el tren supo enardecer algunos de los días de la semana pero ya no, donde muy cerca del centro, con sus bancos, locales y plazas, se escucha el mugido de las vacas o el relincho de los caballos hechos a campo.

Los meses trascurren en otra sintonía. Ni para atrás pero tampoco para adelante. Es muy diferente al vértigo de la gran ciudad. Y eso los hace atractivos para aquellos que buscan la tan mentada tranquilidad de la vida.

En los pueblos vuelven a encontrarse los sabores de la niñez. Las tortas negras, los guisos de mondongo, el asador, el mate con azúcar, la galleta malta. Pero también es la tierra agrícola-ganadera y es donde transcurrió una intensa parte de nuestra historia.

Muy cerca del Obelisco esta ruta recoge gran parte de la cultura bonaerense, esta identidad sin mácula del interior provincial, tan extenso como un país en sí mismo.

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Tomando la Ruta Nacional 205, bajando por la Autopista Ezeiza-Cañuelas, se puede organizar un recorrido para descubrir varias localidades. Algunas han crecido mucho. Cañuelas ya tiene unos 60.000 habitantes y Uribelarrea, su pequeña joyita campera donde apenas viven 2000 personas, es un imán turístico con su ruta gastronómica. Sigue Lobos, la Capital Nacional del Paracaidismo Deportivo, con su inmensa laguna cercana a Villa Logüercio, donde hay varios alojamientos que permiten disfrutar del entorno del agua.

Avanzando unos kilómetros de ruta camionera de ida y vuelta esta Roque Pérez, con Parajes como La Paz y la Paz Chica que albergan los Almacenes de Campo que aún hoy son refugio de paisanos y comensales, que llegan desde todos lados a probar platos típicos como empanadas, escabeches, dulces caseros.

Roque Pérez encanta con sus almacenes de campo, sus plazas donde se realiza el Mercado Bien Auténtico, la casa natal de Perón -antigua disputa con Lobos- y su pequeño Beguerie. En Saladillo, donde se fabrican los mejores helicópteros de América latina de la mano de Augusto Cicaré, hay pequeñas localidades entre las cuales destaca Cazón, el universo de los viveros. Y desde ahí un desvío hacia la RP 61 nos avanza hasta General Alvear, pequeñita y dulce por su miel y Tapalqué, tierra de totoras y futuro destino turístico termal.

  • Cañuelas, la de los tambos

Meca de la gastronomía bonaerense, Cañuelas ofrece lo mejor de su cocina no sólo en las parrillas ruteras, estancias y casas de campo sino sobre todo en Uribelarrea, donde a sus 27 restoranes se suma la propuesta de la feria de emprendedores locales todos los fines de semana. Seguro desde los años ´20 o ´30 quedaron esas artes de tradición tambera para preparar quesos y fiambres a los que se agregaron las cervezas artesanales.

Entre las diagonales y calles de tierra, las casas centenarias se fueron transformando de comedor a restaurante en unos pocos años. Pese a eso en el pueblito ubicado a unos 20 km. al sur de la ciudad, aún perdura casi intacto el escenario de su fundación, allá por 1889.

  • Lobos desde el aire

Muchos han escuchado hablar de la Laguna de Lobos pero hay mucho para caminar en este pueblo que crece y crece. Entre los imperdibles están la Visita Guiada por el Casco Histórico que incluye Monumentos Históricos Nacionales, el Parque Municipal Ingeniero Hiriart, con sus pistas de atletismo y ciclismo y mucho espacio para disfrutar del aire libre. Un capítulo aparte merece el Museo Provincial Casa Natal de Juan Domingo Perón, motivo de una larga disputa con su vecino Roque Pérez.

En el Aeroclub Fortín Lobos se forjó la actividad de paracaidismo, logrando ser Lobos la Capital Nacional del Paracaidismo Deportivo. En el km. 111,5 está el acceso a la Laguna de Lobos, cuyos servicios turísticos se encuentran en Villa Logüercio, una pequeña villa turística y en Bahía de los Lobos, del otro lado del espejo de agua donde practicar deportes náuticos, ecoturismo, avistaje de aves, alquiler de bicicletas, y kayaks.

  • Saladillo, viveros y helicópteros

Viniendo de Roque Pérez por la 205, luego de pasar por la pequeña ciudad de Saladillo en el kilómetro 170 y doblando para la izquierda se encuentra Cazón, con su bosque que da la bienvenida a los visitantes. En Cazón se puede parar y almorzar en La Parva, y si desea quedarse en una Casa de campo, Rancho León es la opción, con 7 plazas disponibles para sus visitantes. Por esos mismos caminos rurales se puede llegar a Del Carril, Álvarez de Toledo, Sojo y al pintoresco pueblo de Polvaredas, cuna del creador de helicópteros Augusto Ulderico Cicaré. También por caminos rurales o por ruta se llega a Saladillo. Una ciudad en constante crecimiento, allí se encuentra la única fábrica de helicópteros de la provincia de Buenos Aires.

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  • Tapalqué, el totoral

Desviando desde la RN 205 por la RP 51 se llega a Tapalqué. También se puede cruzar General Alvear e ingresar por la RP 61. Impecable, su trazado cuadricular alrededor de la Av. Principal, la 9 de julio, ofrece todo lo necesario para pasar un fin de semana espectacular. Comer bien, disfrutar del aire libre más allá del balneario sobre el Arroyo Tapalqué y conocer la cultura ancestral bonaerense son apenas algunos detalles que hacen de Tapalqué algo más que un pueblo de totorales, como lo conocían los pueblos originarios que lo habitaban antes de la llegada de los españoles.

Tapalqué es una ciudad a la que no le falta nada. El Balneario Municipal es el rey de esta localidad y cuenta con un camping Municipal que en primavera y verano disfrutan locales y turistas. En el mismo parque se puede disfrutar de una pileta climatizada cuya arquitectura es moderna y sustentable. La Costanera se extiende por 5 kilómetros desde el Club de Pesca hasta el Salto de piedras Don Regino hacia el norte, y hacia el sur se recorre otra distancia similar por un paseo de bicisenda hasta la pista de ciclismo.

Sí o sí hay que visitar la pulpería “San Gervasio”, apostada en un antiguo edificio de aproximadamente 1850 que era posta de carretas, diligencias y carros. Pero lo más original son las famosas “tortas negras” de Tapalqué, que incluso dan origen cada año a la Fiesta de la Torta Negra. La ciudad cabecera tiene varios parajes interesantes en un radio de 50 km.: Yerbas, Velloso, Covello, Campodónico, Crotto, Altona, San Bernardo y La Protegida. Son pequeños pueblos donde el tiempo transcurre con otros ritmos.

  • Dulce como General Alvear

General Alvear, la Ciudad de la Amistad, es el corazón mismo de la Provincia de Buenos Aires. Alrededor de la planta urbana se encuentran numerosas chacras y quintas para disfrutar de un día de campo. Varios Parajes Rurales se suman a su propuesta como El Chumbeao, Colonia San Salvador del Valle, Santa Isabel, El Parche, Los Gatos y El Tabaré, a las que se suman las estaciones ferroviarias, José M. Micheo al Note y Emma hacia el Sur.

A los que les guste, pueden pescar en los arroyos De las Flores, y Vallimanca, el Canal Piñeiro o llegar hasta el puente Cholín, futuro paseo del pescador. Aunque haga frío hay que visitar todo el año el balneario y la reserva ecológica municipal y el famoso puente de fierro.

General Alvear es para descubrir. El pueblo consume la carne que produce y es el único lugar donde saborear la miel que se fabrica en un 90% para exportación. El pan y galleta de malta es liviana y duradera. Aún hoy los paisanos la buscan y sólo se cocina en las panaderías locales.

Desde allí, en el monumento al centro geográfico de la bella Buenos Aires en la plaza central, frente a la Municipalidad, termina un recorrido por estos pueblos mágicos tan nuestros, tan cercanos. Un viaje que no precisa ni avión ni pasaporte. Un viaje por algunos de los 135 misterios bonaerenses.

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