8 de octubre 2025 - 12:00

Qué significa limpiar la casa todo el tiempo, según la psicología

Esta disciplina estudia los fenómenos de la vida de los individuos como acciones y decisiones que se repiten y guardan un significado profundo.

La verdad sobre limpiar tu casa todo el tiempo según los psicólogos. 

La verdad sobre limpiar tu casa todo el tiempo según los psicólogos. 

La psicología suele ver conexiones y trasfondos donde la mayoría de las disciplinas no ve nada más. Es por eso que cada gesto, decisión o acción del individuo puede tener significados ocultos tan profundos como insospechables al ojo inexperto.

Lo cierto es que hay ciertas fijaciones, como por ejemplo limpiar la casa o los espacios que se habitan de forma constante, que pueden indicar varias características de la persona, porque no estamos ante un normal deseo de limpieza, sino una obsesión profunda que nos atraviesa.

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Por qué hay personas que limpian la casa constantemente

Limpiar puede ser una tarea relajante, pero cuando se convierte en una necesidad constante, la psicología advierte que podría estar actuando como un mecanismo de control emocional. Según la psicóloga Leticia Martín Enjuto, “la limpieza saludable es flexible: responde a una necesidad real de higiene o comodidad, pero no genera malestar si un día no se hace”. El problema surge cuando esa flexibilidad desaparece y el orden se convierte en una obligación ineludible.

En esos casos, la limpieza funciona como una estrategia frente a la ansiedad. “Cuando sentimos que hay aspectos de nuestra vida que no podemos manejar, ordenar y limpiar nos da la ilusión de seguridad y dominio”, explica Martín Enjuto. Esa sensación de control es tranquilizadora, pero efímera: el alivio desaparece rápido, y la persona se ve empujada a repetir el ritual para volver a sentirse en calma.

Otro factor clave es el perfeccionismo, que eleva los estándares hasta lo imposible. “Mantener todo impecable se transforma en una meta, y cualquier mínima imperfección genera frustración”, agrega la especialista. Con el tiempo, esa autoexigencia termina desplazando el descanso, las relaciones sociales y el disfrute cotidiano: el hogar se convierte en una extensión del propio conflicto interno.

A esto se suman otras emociones mal gestionadas. “Al centrarnos en tareas repetitivas evitamos conectar con lo que realmente nos duele. Limpiar se convierte en una distracción eficaz, aunque poco saludable”, señala la psicóloga. Por eso, los expertos recomiendan detenerse a pensar qué emoción se intenta calmar al limpiar. En palabras de Martín Enjuto: “El verdadero orden no está en la casa, sino en aprender a escuchar lo que sentimos sin escondernos detrás del brillo de los muebles.”

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