6 de octubre 2025 - 09:00

Esto le pasa a tu organismo al cambiar hábitos alimenticios bruscamente, según la ciencia

A pesar de que los especialistas aconsejan incorporar una dieta sana a la vida cotidiana, cambiar la alimentación por completo de la noche a la mañana puede ser perjudicial.

Los nutricionistas recomiendan hacer cambios pequeños y graduales en la dieta para incorporar hábitos sanos.

Los nutricionistas recomiendan hacer cambios pequeños y graduales en la dieta para incorporar hábitos sanos.

Cambiar los hábitos alimentarios es un procedimiento que requiere tiempo, paciencia y la supervisión por parte de un profesional. Sin embargo, muchas personas realizan el cambio de forma brusca e implementan dietas extremas sin pensar en las consecuencias que esto puede traer para la salud del organismo.

La incorporación de hábitos sanos trae muchos beneficios, como la prevención de enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo 2 y el aumento de energía. Además, esto contribuye al mejoramiento de la salud mental, ya que está comprobado que estos reducen el estrés y la depresión.

Qué sucede en el organismo cuando se cambian hábitos de forma brusca

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Normalmente, el cambio repentino de hábitos alimentarios implica que el organismo no reciba la misma cantidad de calorías a la que está acostumbrado. Esto significa que no recibe suficiente energía, por lo que el cuerpo estará más agotado. Además, la escasez de nutrientes también contribuye a la fatiga diaria.

Al mismo tiempo, la reducción brusca de porciones y la poca ingesta de alimentos genera una mayor sensación de hambre. Esto no solo afecta físicamente a una persona, debido a que se producen dolores de cabeza y mareos, sino también tiene efectos negativos en su salud emocional, ya que puede causar irritabilidad y malhumor.

Cuál es la forma más recomendable para cambiar hábitos alimenticios

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En caso de querer probar una dieta y comenzar a tener una vida más sana, los especialistas recomiendan realizar los cambios de manera gradual, es decir, con distintas acciones pequeñas. Por ejemplo, se pueden reemplazar alimentos con una versión más sana de los mismos o también se puede aprender a cocinar distintos platos más saludables.

Sin embargo, lo más importante a la hora de cambiar hábitos es estar en contacto con un especialista, ya que este puede ayudar a guiar a sus pacientes para obtener una alimentación saludable en base a sus necesidades.

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