El vicepresidente del Banco Nación, Matías Tombolini habló sobre el entendimiento del gobierno nacional con el Fondo Monetario Internacional y afirmó que “es la primera vez, en este tipo de acuerdo, en donde no se restringe el margen de maniobra del país deudor en términos de la soberanía que ejercemos sobre nuestra propia política económica”.
Matías Tombolini: "Es un acuerdo que no viene con la receta de Washington"
El vicepresidente del Banco Nación resaltó la necesidad de afrontar de manera sustentable todos los pagos, al tiempo que el país pueda crecer.

En ese marco, planteó que “este acuerdo no viene con la receta puesta de Washington, lo que quiere decir que el modo de conseguir los recursos va a provenir del crecimiento económico y no del ajuste”. El economista resaltó que “Argentina puso sobre la mesa una idea: afrontar de manera sustentable, todos los pagos, al tiempo que podemos crecer”.
El funcionario del Banco Nación sostuvo que “estamos convencidos de que no hay una buena receta para el país que suponga que la tenemos que pasar todos mal para que unos pocos la pasen bien”. De este modo, dijo que “hay formas que son alternativas y virtuosas porque permiten que no sufran sobretodo, lo que menos tienen”.
Respecto a los condicionamientos a la política económica, Tombolini subrayó que “estamos hablando de un préstamo que no fue ni con bancos ni con bonistas, fue con países”, por lo que señaló que “si no lo pagamos tenemos un serio problema, no solamente institucional al país, sino las empresas que le venden y compran al mundo, que en definitiva son empresas que dan laburo en Argentina”.
Por lo tanto, reconoció que en ese contexto “es un acuerdo donde el país tiene que hacer un esfuerzo de reducción y convergencia de su brecha fiscal a dos puntos y medio este año y sucesivamente a cero hasta el año 2025, donde se compromete a emitir menos moneda para financiar el déficit fiscal”.
Tombolini recordó entonces que “es un acuerdo que lo que no tiene son las recetas tradicionales de reforma laboral y previsional pero importa en la responsabilidad de la Argentina que propone un camino de esfuerzo. No es un acuerdo light, de hecho por eso el Fondo lo firmó”.
Sobre el criterio de revisión, sostuvo que “es algo que tiene que ver con la manera en que uno tiene cuando acuerda con un deudor”. Por ello, reforzó la idea de que “una cosa es que te revisen lo que estás haciendo y otra cosa que te digan lo que tenés que hacer”.
Con respecto a los subsidios y el impacto en la vida cotidiana, agregó que “Argentina tiene un paradigma en términos de cómo va modificando sus tarifas: la boleta de la luz para nosotros tiene que tener una tarifa tal que la gente la pueda pagar no que a las empresas le genere una rentabilidad extraordinaria”.
Sin embargo, estimó que “esto no implica que las tarifas no se vayan a mover, porque un país que tuvo 36.1% de inflación en 2020 y casi 51% en 2021 es poco lógico pensar que si sube el precio de un kilo de carne, un kilo de manzana o de un paquete de lechuga, no tienen que subir las tarifas”.
De todos modos, explicó que “la manera en que suben las tarifas es una discusión pendiente, porque toda la sociedad goza de un subsidio bastante importante y es razonable pensar cómo se administra esta redistribución de los esfuerzos”.
Por último, sobre la forma de estructurar las cuotas, Tombolini enfatizó que será “aquella que nos permita como sociedad afrontar los pagos de esta deuda al mismo tiempo que generamos los recursos para pagarla. Generamos dólares vendiéndole al mundo más de lo que compramos, o recibiendo ahorro externo (inversión externa) o como argentinos que tenemos guardado medio PBI fuera del sistema, invirtiendo en Argentina. Esas son las tres formas que tenemos de conseguir dólares fundamentales para el desarrollo de la economía nacional”, dialogó con Con Quien Hay Que Hablar por Radio Provincia.
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