6 de junio 2007 - 00:00

Abrió cumbre del G-8 en Alemania entre protestas y tensión Bush-Putin

Abrió cumbre del G-8 en Alemania entre protestas y tensión Bush-Putin
Los dirigentes de los ocho países más industrializados del mundo se reunieron el miércoles por la noche para cenar en una hacienda barroca situada en el norte de Alemania.

La canciller alemana Angela Merkel, anfitriona de la cumbre, eligió para sus siete invitados y sus esposas el marco campestre de Hohen Luckow, una residencia de estilo barroco, flanqueada por una imponente explotación agrícola (2.000 hectáreas y 1.250 vacas) y situada a unos cuantos kilómetros del balneario de Heiligendamm, donde se celebra la cumbre.

En el primer día del G8 en Heiligendamm (Alemania) se avivó la tensión entre la policía y los manifestantes antiglobalización en torno a la barrera de seguridad, donde las fuerzas del orden respondieron con mangueras de agua a las pedradas de los militantes.

Según un portavoz de la policía 8 policías resultaron heridos durante estos enfrentamientos. Quince manifestantes fueron detenidos, según la misma fuente.

Alrededor de 9.000 opositores al G8 bloqueaban varias carreteras cerca de la barrera de 12 km de largo. Como consecuencia se cerraron los dos puntos de accesos por carretera, el de "Rennbahn", al este, y el de Bolhagen, al oeste.

Los manifestantes se aproximaron a la barrera en varios puntos, de modo que bloquearon la vía férrea destinada al transporte de los periodistas que cubren el G8. Varios helicópteros vigilaban desde el aire el desarrollo de los acontecimientos.

"Alrededor de 800 manifestantes bloquean el pequeño tren que enlaza los diferentes balnearios costeros", lo que implica cambios de logística, afirmó el portavoz de la policía regional, Lyder Behrens.

Se trata de "personas potencialmente peligrosas que lanzan piedras", precisó un portavoz policial. "Hemos utilizado mangueras de agua para hacerlas retroceder", agregó.

Según la organización antiglobalización "G-8-Block", la policía usó también gases lacrimógenos.

En cambio, en las cercanías del puente Rennbahn, reinaba una relativa calma.

Miles de militantes antiglobalización estaban sentados sobre la calzada o en los campos aledaños. Muchos de ellos hacían un picnic en medio de banderas con el lema "paz", bajo la atenta mirada de policías a lomos de caballos.

"Me quedo aquí, no me muevo, no responderé a la violencia con violencia, pero puedo comprender que los manifestantes lleguen a recurrir a ella", dijo Tilo, de 25 años.

Protegidos por escudos, cientos de policías impedían el paso a través del cierre de seguridad, mientras otro grupo avanzaba hacia los militantes para pedirles que se alejaran.

La justicia alemana prohibió recientemente las congregaciones en las proximidades de la barrera que aísla Heiligendamm del resto del mundo.

El sábado pasado varios centenares de policías resultaron heridos en enfrentamientos con manifestantes radicales en Rostock, cerca de Heiligendamm. Los altercados dejaron en total unos mil heridos en las dos filas.

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