La obtención del Premio Nobel de la Paz por Al Gore fue aplaudida por los lobbies ambientalistas que buscaban lanzarlo a una nueva candidatura presidencial en Estados Unidos, pero también recibió fuertes críticas de prestigiosas figuras internacionales que cuestionaron cuál es el verdadero aporte del ex vicepresidente.
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El presidente de la República Checa, Vaclav Klaus, manifestó estar «sorprendido» por el prestigioso galardón otorgado a Al Gore. El vocero del jefe de Estado, Petr Hajek, aseguró que «la relación entre sus actividades y la paz mundial es poco clara». En un reciente discurso, Klaus había señalado que los ambientalistas se esfuerzan por exagerar «las consecuencias fatales del calentamiento global poniendo en peligro nuestra libertad y prosperidad».
La crítica se sumó a los fuertes reparos impuestos por un alto tribunal del Reino Unido a la exhibiciónen las escuelas locales del premiado documental sobre el calentamiento global «Una verdad incómoda», al que cuestiona severamente. El juez Michael Burton, de la Corte Suprema de Londres, afirmó haber identificado nueve errores graves en la película y se preguntó si, en virtud de eso, debería mostrarse a los estudiantes.
Burton admitió que el film, reconocido con dos Oscar, es « bastante exacto» en la presentación de las causas y probables consecuencias del efecto invernadero, pero agregó que varias de las afirmaciones que se hacen en él son «alarmistas y exageradas».
Asimismo, el veredicto señalóque la «visión apocalíptica» del film está motivada políticamente y no responde a un análisis científico imparcial sobre el cambio climático.
A pesar de las especulaciones, el premio no significó un espaldarazo a Al Gore para una nueva postulación como candidato presidencial.
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