Un volcán del suroeste de Islandia lanzó el miércoles lava incandescente a 50 metros de altura, en la que fue su quinta erupción desde diciembre. Ocurrió poco después de que finalizara otra de ocho semanas en la misma península de Reykjanes.
Alerta en Islandia por un volcán que no para de entrar en erupción
Las autoridades pusieron alerta máxima y se ordeno la evacuación de Grindavik. Donde es y qué se sabe de las erupciones anteriores.
-
Minería: Glencore vendió a empresa argentina su participación en la firma peruana Volcan
-
Minería: Integra Capital avanza con reestructuración de la peruana Volcan
Es la quinta erupción del volcán desde diciembre.
Las autoridades habían advertido del riesgo de una nueva actividad volcánica en la zona, al sur de la capital, Reikiavik. Los estudios mostraban que el magma se estaba acumulando bajo tierra.
La quinta erupción de un volcán
"Las fuentes de lava alcanzan los 50 metros de altura y la longitud de la fisura parece ser de unos 2,5 kilómetros y sigue creciendo, dijo la Oficina Meteorológica de Islandia en un comunicado.
El espectáculo de fuego subraya los retos a los que se enfrenta la nación insular de casi 400.000 habitantes, ya que los científicos advirtieron que es posible que se repitan erupciones en Reykjanes durante décadas o incluso siglos. La del miércoles fue la octava erupción desde 2021 en la península, donde viven unas 30.000 personas, después de que los sistemas geológicos -que habían permanecido inactivos durante 800 años- volvieran a activarse.
Dicha actividad volcánica interrumpió la calefacción urbana, cerraron rutas clave y arrasó varias casas en el pueblo pesquero de Grindavik, al que solo regresaron unos pocos residentes desde una evacuación a finales de 2023.
La evacuación de Grindavik
La defensa civil de Islandia se puso en alerta máxima, según la policía, y las autoridades ordenaron de nuevo la evacuación de Grindavik. El cercano balneario geotérmico Blue Lagoon, conocido por sus grandes piscinas al aire libre, fue cerrado y sus huéspedes evacuados.
Para evitar daños mayores, se construyeron barreras artificiales para alejar la lava de infraestructuras como la central geotérmica de Svartsengi, el balneario de Blue Lagoon y Grindavik.
Dejá tu comentario