6 de junio 2007 - 00:00

Ataques a Hillary en debate demócrata

Manchester - Capitaneados por Hillary Clinton, los ocho candidatos demócratasse desmarcaron de «la guerra de Bush», pero discreparon sobre cómo y cuándo concretar la retirada militar de Irak. El debate de New Hampshire, a falta de siete meses para las elecciones primarias, tuvo un trasfondo bélico y fue utilizado por la ex primera dama para desmarcarse del enemigo republicano y consolidar de paso su ventaja de 15 puntos sobre su máximo rival, Barack Obama.

Hillary Clinton prometió iniciar el repliegue militar «en los primeros 100 días», el gobernador Bill Richardson aseguró que no dejará ni un solo soldado norteamericano en suelo iraquí y el senador Obama se jactó de llevar más tiempo que nadie en el frente antibélico, con la salvedad del congresista Dennis Kucinich, el candidato pacifista, que les espetó a todos: «El pueblo puso a los demócratas al mando en las últimaselecciones porque pensaban que iban a acabar la guerra... No lo han conseguido». La línea maestra del debate (realizado el domingo) la trazó, sin embargo, la única mujer entre los ocho aspirantes, encajonada entre John Edwards y Barack Obama, siguiendo la estela de la «unidad demócrata» que tan buenos resultados dio a Bill Clinton durante las primarias de 1992.

«Las diferencias entre nosotros son menores, pero nuestras diferencias con los republicanos son muy grandes», sentenció Hillary. «Esta es la guerra de George Bush. El es el responsable. El la empezó, él cometió los errores, él consintió la escalada militar... Y él se niega a poner fin a la guerra».

El ex senador por Alaska Mike Gravel, candidato marginal, se convirtió minutos después en voz de la mala conciencia: «Esta guerra fue facilitada por los demócratas y es también la guerra de los demócratas. Ahora quieren terminar con ella y están preocupados por lo que puede ocurrir tras la retirada. Recordad Vietnam... Todas las piezas del dominó van a caer». John Edwards, que votó a favor de autorizar la guerra cuando estaba en el Senado, volvió a pedir públicamente perdón por su «error» e incitó a Hillary a que admitiera también su parte de culpa. La senadora volvió a lanzar el balón afuera: «El error fue creer que Bush haría lo que nos dijo que iba a hacer [...] El error fue la manera en que este presidente abusó de su autoridad».

Los dedos acusadores apuntaron a Hillary cuando le preguntaron si es cierto que votó a favor de la guerra sin leer siquiera el informe de los servicios de inteligencia sobre las armas de destrucción masiva. La senadora admitió que fue meramente «informada» sobre su contenido y culpó de nuevo a Bush por no haber permitido que «los inspectores acabaran el trabajo».

Fueron los únicos momentos de apuro para Hillary, que dominó con aplomo la escena en una noche de niebla y lluvia que humedeció las expectativas del resto de los candidatos, incluido Barack Obama, que partía con 27% de las preferencias frente a 42% de la favorita (según un sondeo de Gallup para la CNN). Obama tuvo su momento fugaz en un cuerpo a cuerpo con John Edwards: «Es importante liderar, John, y es también importante recordar el hecho de que yo me opuse a esta guerra desde el principio... Así que llegas con un retraso de cuatro años y medio al liderazgo en esta cuestión».

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