14 de abril 2006 - 00:00

Benedicto XVI encabezó el tradicional Vía Crucis en Roma

Es el primer Vía Crucis como Papa de Benedicto XVI
Es el primer Vía Crucis como Papa de Benedicto XVI
El Papa Benedicto XVI condujo este Viernes Santo el rezo del Via Crucis en el Coliseo de Roma, siguiendo así una tradición que Juan Pablo II no pudo cumplir el año pasado, sólo unos días antes de su muerte, con motivo de la crucifixión de Cristo.

El Papa, vestido con el color rojo, concluyó la procesión mencionando los sufrimientos de la humanidad de hoy: "los niños abandonados y sometidos a abusos", "las amenazas contra la familia" y la división del mundo entre ricos y pobres.

"Nadie puede ser indiferente", afirmó ante miles de fieles congregados en torno al Coliseo romano, a los que invitó a tomar "el camino de la misericordia" para contribuir a la "salvación del mundo".

Recordó que en este mismo lugar del Coliseo los primeros cristianos fueron martirizados por su fe.

El pontífice llevó la cruz, hecha de madera ligera, en la primera y la última de las 14 estaciones del camino de la cruz o Via Crucis, rezo católico propio del Viernes Santo que recuerda los últimos momentos de la vida de Jesucristo antes de morir clavado en una cruz.

Después llevaron la cruz el cardenal Camilo Ruini, presidente de la conferencia episcopal italiana y vicario de Roma, una familia romana, un seminarista norteamericano, una religiosa misionera, una joven mexicana, dos franciscanos de Tierra Santa, una coreana, una angoleña y una nigeriana.

El año pasado, el entonces cardenal Jozeph Ratzinger había presidido las oraciones y meditaciones del Viernes Santo en reemplazo de su predecesor, el Papa Juan Pablo II, quien se hallaba enfermo e incapacitado para asistir a las cruciales ceremonias por primera vez en su pontificado.

El pontífice polaco, que apareció en video para las ceremonias, murió una semana después.

Este año, Benedicto XVI, que cumplirá 79 años el domingo de Pascua, confió a un obispo del Vaticano, monseñor Angelo Comastri, la redacción de las meditaciones y de las plegarias, que estuvieron dedicadas al pecado y la redención.

El año pasado, cuando a petición de Juan Pablo II las redactó el cardenal Ratzinger, todos los observadores resaltaron el tono pesimista y severo del texto "apocalíptico".

El entonces cardenal Ratzinger y ahora Papa comparó la Iglesia con una "barca al borde del hundimiento", que "se llena de agua por todos los lados", denunció el "orgullo" del clero y deploró la pérdida de la fe en el mundo contemporáneo, así como la "llegada de un nuevo paganismo".

Antes del Via Crucis, Benedicto XVI presidió una celebración en la basílica de San Pedro cuya homilía fue pronunciada por el padre Raniero Cantalamessa, que criticó el comercio levantado en torno a Cristo.

"Cuanto más fantástico es el guión, más propaganda tiene y más interés suscita", dijo, en referencia al libro "El código Da Vinci", entre otros.

El Sábado Santo, el Papa presidirá la Vigilia Pascual a partir de las 20H00 GMT en la basílica del Vaticano.

El domingo de Pascua, cerca de 65 países divulgarán en directo el mensaje del Papa "Urbi et orbi".

Después de las celebraciones, el jefe de la Iglesia católica viajará a Castelgandolfo, la residencia de verano de los papas, a unos 30 km de Roma, para tomar unos días de descanso.  

  • Una multitud participó de la pasión de Cristo en Capital

    Una procesión por la Avenida de Mayo que culminó en la plaza homónima de esta capital representó ayer el tradicional Vía Crucis, como cierre de la celebración del Viernes Santo, a la que asistieron unas 25 mil personas.

    La convocatoria, organizada por la Asociación Amigos de la Avenida de Mayo se realizó bajo el lema de "Jesucristo nos amó y nos salvó" y contó con la participación de un grupo de actores vocacionales que protagonizaron la última cena y las estaciones del vía Crucis.

    Miles de fieles se congregaron para la celebración de la pasión y muerte de Jesús, a las 20.30 en la Plaza Lorea, ubicada en avenida de Mayo y Luis Sáenz Peña.

    El Viernes Santo recuerda al Vía Crucis", en latín "Camino de la Cruz" y también se denomina a la jornada como Vía Dolorosa o Estaciones de la Cruz.

    Se trata de un camino de oración en busca de la meditación de la pasión de Jesucristo en su camino al calvario.

    El camino se representa con una serie de imágenes de la pasión o "Estaciones" correspondientes a incidentes particulares que Jesús sufrió en el trayecto hacia la cruz.

    Las estaciones generalmente se colocan en intervalos en las paredes de la iglesia o en lugares reservados para la oración.

    La finalidad de las Estaciones es ayudar a unir a Jesucristo haciendo una peregrinación espiritual a la Tierra Santa, a los momentos mas señalados de su pasión y muerte redentora.

    Se estima que la costumbre de rezar las Estaciones de la Cruz posiblemente comenzó en Jerusalén.

    Según la tradición católica, la Santísima Virgen visitaba diariamente las Estaciones originales y el Padre de la Iglesia, San Jerónimo, habla ya de multitud de peregrinos de todos los países que visitaban los lugares santos en su tiempo.
  • Dejá tu comentario

    Te puede interesar