Washington, Nueva Delhi e Islamabad (EFE, AFP, DPA) - Mientras la India y Pakistán mantenían ayer su retórica belicista, el presidente de los Estados Unidos, George Bush, lanzó una ofensiva diplomática para evitar una guerra de inimaginables consecuencias entre las dos potencias nucleares.
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Según fuentes de la Casa Blanca, Bush llamó por telefonó al primer ministro indio, Atal Behari Vajpayee, y al presidente paquistaní, Pervez Musharraf, para incitarlos a reducir la tensión militar en la zona.
Tras dialogar con Bush el sábado, los gobiernos de Nueva Delhi e Islamabad afirmaron procurar la paz, pero volvieron a acusarse mutuamente de no hacer nada para evitar un conflicto que tuvo un nuevo episodio preliminar con el bombardeo de parte de la aviación india a las localidades de Samahni y Bhimber, ambas de la región cachemir bajo jurisdicción paquistaní.
En un hecho que sirvió para distender la situación, anoche Pakistán detuvo a Hafiz Mohammed Saeed, líder del movimiento integrista Lashkar i Taiba (con sede en la región de Cachemira bajo gobierno paquistaní), responsable según Nueva Delhi del atentado del 13 de diciembre contra el Parlamento indio. Ese ataque, que provocó 14 muertes, fue el factor desencadenante de la crisis que llevó a ambos países al borde de la guerra. Musharraf señaló que le trasmitió a Bush que el pedido de moderación debía dirigirse más bien a India y no a Pakistán, y reiteró ayer que su país se defenderá en caso de guerra con todas las armas que están a su disposición, aludiendo al poder nuclear. Con todo, reiteró su voluntad de reunirse con Vajpayee en Katmandú (Nepal), donde ambos políticos asistirán esta semana a una cumbre de mandatarios del sur de Asia. «Esperamos lo mejor y estamos preparados para lo peor», afirmó Musharraf.
En tanto, todos los partidos políticos de la oposición al gobierno indio de Vajpayee pidieron al gobierno que busque una salida diplomática a la crisis y que procure el apoyo internacional, pero adelantaron su apoyo unánime si los hechos derivan en una guerra. El ministro indio de Interior, L. K. Advani, subrayó que la lucha de su país no es contra Pakistán sino contra los grupos terroristas de ese país. Pakistán «debe asegurarnos con firmeza, a nosotros y a la comunidad internacional, que va a dejar de ayudar al terrorismo», afirmó.
En tanto, Vajpayee exhortó a la comunidad internacional a presionar a Pakistán para que combata con decisión a los grupos integristas que buscan, mediante el terrorismo, la unificación de Cachemira bajo soberanía paquistaní.
El secretario de Defensa de los EE.UU, Donald Rumsfeld, dijo temer que un enfrentamiento complique a las operaciones que realizan sus tropas en Pakistán, en donde están las bases logísticas para las operaciones contra Al-Qaeda en Afganistán.
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