8 de julio 2020 - 00:00

Con la emergencia en auge, el país es zona de ensayo de las vacunas

La cantidad de casos y la expansión del virus a regiones del interior, producto de la ausencia de medidas preventivas, lo convierten en el escenario ideal para los estudios.

PELIGRO. Varias tribus indígenas de la región amazónica, como la yanomami, denuncian que están desprotegidas ante el avance de la enfermedad.

PELIGRO. Varias tribus indígenas de la región amazónica, como la yanomami, denuncian que están desprotegidas ante el avance de la enfermedad.

Brasilia - Brasil es un mal alumno en la lucha contra el nuevo coronavirus, pero paradójicamente está a la vanguardia de las vacunas, con pruebas a gran escala y la producción de millones de dosis a la vista.

A diferencia de Europa o China, el virus está en plena expansión, una situación ideal para probar la efectividad de una vacuna, en el segundo país más afectado del mundo, después de Estados Unidos.

Primer productor mundial de vacunas contra la fiebre amarilla, Brasil también es reconocido por su experiencia en el campo de las vacunas, que produce a gran escala en centros públicos de referencia.

Por todo ello, los responsables de dos de los proyectos más avanzados, el de la Universidad de Oxford, con el laboratorio AstraZeneca, y el del chino Sinovac, llevarán a cabo pruebas de fase 3 -la última antes de la homologación- con miles de voluntarios brasileños. Solo tres proyectos en todo el mundo han alcanzado esa fase.

Y Brasil tiene mucho que ganar, con unos acuerdos de transferencia de tecnología que le permitirán, si las pruebas resultan concluyentes, producir vacunas para inmunizar rápidamente a su población e incluso exportar dosis a sus vecinos.

Este país de 212 millones de habitantes y dimensiones continentales aplicó medidas de confinamiento muy poco estrictas y de manera caótica y dispar en sus regiones, con lo cual la pandemia se siguió propagando y está penetrando en el interior de los estados.

Desde hace varias semanas es el segundo país, detrás de Estados Unidos, con más número de casos y de víctimas mortales, que hacia el fin de esta semana deberían llegar a las 70.000. “Brasil es un terreno fértil para las pruebas porque el virus todavía está muy presente, con una amplia variedad de características epidemiológicas” según las regiones, explica Margareth Dalcomo, investigadora de Fiocruz, un organismo público de referencia que producirá la vacuna desarrollada por Oxford.

“Cuanto más expuestos estén los individuos, más rápido se prueba la eficacia” de la vacuna, señala Sue Ann Costa Clemens, investigadora de la Unifesp, la universidad responsable de realizar las pruebas de este proyecto con 5.000 voluntarios brasileños.

La fase 3 de los test de esta vacuna comenzó en junio en Brasil. “Si las pruebas son exitosas, podría aprobarse en Reino Unido hacia fin de año y en Brasil, a principios de 2021”, predice Clemens

Según el acuerdo con Oxford y AstraZeneca, Brasil debe invertir 127 millones de dólares para permitir que Fiocruz adquiera la tecnología y el equipo necesarios para producir una cantidad inicial de 30,4 millones de dosis durante la fase de pruebas. En paralelo, el gobierno del estado de Sao Paulo comenzará a probar el 20 de julio la vacuna del laboratorio chino Sinovac en 9.000 voluntarios.

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