Madrid, Londres y Melbourne - En plena segunda ola de contagios del nuevo coronavirus, en muchos casos récord, países clave de Europa vuelven a apostar a la herramienta de la cuarentena, ahora a nivel regional, para evitar que sus sistemas de salud vuelvan a colapsar y que se deteriore la calidad de la atención a los pacientes. En tanto, Australia, considerado en su momento un modelo en el combate al covid-19, anunció el éxito de su reciente confinamiento en varias zonas, breve pero intenso, que le permitió reducir la circulación del virus.
¿Confinamientos regionales, única salida? Madrid se cierra, Londres lo estudia y Australia lo celebra
Amplias zonas de la capital española ingresan hoy en una cuarentena estricta. Un cuerpo especial de la Policía velará por su cumplimiento e impondrá multas. La metrópolis británica le seguiría los pasos. Melbourne, un éxito.
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QUEJAS REPETIDAS. Como en muchas capitales mundiales, sectores de la ciudadanía de Madrid se oponen al nuevo confinamiento sanitario, que entrará en vigor hoy. Sin embargo, las autoridades desplegarán a la Policía para que se cumpla y amenazan con imponer multas.
Cerca de un millón de habitantes de la región de Madrid se preparaban ayer para la entrada en vigor, este lunes, de estrictas limitaciones a su movilidad.
Las medidas, oficializadas el viernes, serán aplicadas durante dos semanas y la Policía, que contará con 200 agentes dedicados exclusivamente a asegurar el cumplimiento del confinamiento en las zonas afectadas, comenzará a levantar multas desde el miércoles a quienes no lo respeten.
Más de 850.000 madrileños de ocho municipios -13% de la población de la región capitalina- sólo podrán salir de sus barrios por razones de primera necesidad, como ir a trabajar, al médico o llevar a los chicos al colegio. En tanto, podrán desplazarse libremente en el interior de su barrio.
Los habitantes deberán presentar un documento escrito para justificar su desplazamiento y habrá controles “aleatorios” por parte de las fuerzas de seguridad, según anunciaron el domingo las autoridades regionales. En paralelo, estará prohibida la entrada en estas zonas, salvo por esas razones de urgencia. En estos barrios o municipios, situados en el sur más pobre de la capital, los parques estarán cerrados, mientras que los bares y restaurantes deberán limitar su capacidad al 50%. En toda la región, el número máximo autorizado de personas en reunión pasará de diez a seis.
Varias manifestaciones contra estas medidas se convocaron este domingo en los barrios afectados, en gran parte por organizaciones de extrema izquierda.
La presidenta conservadora de la región de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, muy criticada por la gestión de la crisis, se reunirá hoy con el presidente de Gobierno socialista, Pedro Sánchez, lo que refleja la preocupación del ejecutivo central, aunque la gestión de la salud pública corresponda en principio a las regiones.
España, uno de los países europeos más duramente golpeados por la pandemia de covid-19, superó la semana pasada los 30.000 muertos y los 600.000 casos confirmados, según cifras oficiales.
En tanto, el Reino Unido se encuentra en un punto de inflexión para el manejo de la pandemia, dijo ayer el ministro de Salud, Matt Hancock, quien advirtió que puede imponerse un segundo confinamiento nacional si la gente no respeta las reglas del Gobierno para detener la propagación del virus.
Los casos aumentaron considerablemente en las últimas semanas hasta un promedio de más de 4.000 por día. El primer ministro, Boris Johnson, declaró que se ha desatado una “segunda ola” en el país y adoptó cuarentenas más estrictas en varias zona. La versión es que Londres se sumaría pronto al confinamiento lista.
“La nación se enfrenta a un punto de inflexión y tenemos una opción”, dijo Hancock a Sky News. “La elección es que todos sigan las reglas o tendremos que tomar más medidas”, agregó para preparar a la población.
Es más, dijo más tarde a la BBC que un segundo confinamiento nacional es una opción. “No lo descarto, aunque no quiero verlo”, dijo.
Johnson anunció el sábado multas de hasta 10.000 libras (12.900 dólares) para las personas que rompan las nuevas reglas que les obligan a autoaislarse en Inglaterra si han estado en contacto con alguien infectado. Además de normas más estrictas sobre las reuniones sociales en todo el país, en varias ciudades y regiones de Gran Bretaña se han impuesto “cierres locales”, limitando aún más cuándo, dónde y cuántas personas pueden reunirse socialmente.
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