Después de que el Papa Francisco desestimara la práctica, el Vaticano autorizó nuevamente la celebración de la misa tradicional en latín. En efecto, el Papa León XIV eligió al cardenal Raymond Burke -uno de los más críticos y conservadores- para oficiar la ceremonia.
El Papa Francisco había prohibido esta misa y León XIV volvió a autorizar su celebración, ¿Por qué?
Después de que el Papa Francisco decidiera no permitir más este tipo de misas, León XIV regresa a esta práctica celebrada por los conservadores. El trasfondo que esconde la decisión.
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El Papa Francisco había prohibido ese tipo de celebraciones en línea con su postura al frente de la Iglesia Católica.
Los sectores tradicionalistas celebraron la decisión, ya que desde hace un tiempo reclamaban que se restituyera el rito que consideran esencial. Desde la vereda contraria, la decisión alertó sobre algunos interrogantes que surgen sobre el rumbo político que tomará la iglesia católica bajo el papado de León XIV, que podría marcar una diferencia con Francisco.
Qué es la misa tradicional y por qué Francisco la había prohibido
También conocida como misa tridentina, el oficio se celebra en latín y se caracteriza por ser solemne, además del uso del canto gregoriano y una disposición en la que el sacerdote está de espalda a los fieles, mirando hacia el altar. Muchos creyentes consideran que esto es un vínculo directo con los siglos de la tradición católica.
El Papa Francisco había prohibido estas celebraciones porque creía que podían ser un símbolo de resistencia a las reformas y apertura que él mismo promovía. En el año 2021, mediante un motu propio que limitaba a los obispos a autorizar este tipo de misas. Su decisión generó un gran malestar en los grupos conservadores.
Que esta misa vuelva a tener lugar en el Vaticano es visto como una reivindicación y también se podría interpretar como una señal de ruptura de León XIV con ciertas prácticas que promulgaba su antecesor. Desde los sectores más progresistas advierten que esta decisión es un retroceso de los avances que había impulsado Francisco en términos de apertura, inclusión y cercanía con los fieles.
De esta manera, el regreso de la misa tridentina además de ser un hecho religioso es también político y podría marcar el pulso de la convivencia entre las corrientes que están en el catolicismo.
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