El Papa pidió que la prioridad sea ayudar a los trabajadores ante la crisis
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"Deseo expresar mi ánimo a las autoridades políticas y a los empresarios, para que con el concurso de todos se pueda afrontar este delicado momento", dijo el Pontífice, haciendo un llamado a un "compromiso fuerte y común" de todas las fuerzas sociales ante la crisis.
Benedicto XVI se dirigió luego a los trabajadores de la Fiat que asistieron a la oración del Angelus, y les manifestó su cercanía y a sus familias.
Los trabajadores de este establecimiento, afectados desde hace meses por el desempleo técnico, realizan una protesta para que se haga luz sobre su futuro.
La fábrica da trabajo a cerca de 5.000 personas.
Fiat es el primer empleador privado en Italia con 78.000 empleados, de los cuales 5.000 en Pomigliano D'Arco.
En medio de la crisis, el grupo automovilístico recurrió de forma masiva al llamado "desempleo técnico".
El 5 de febrero, una manifestación en esa fábrica terminó en choques con la policía.
Pomigliano d'Arco vive una situación desesperante pues más de 5 mil obreros están "suspendidos" desde el año pasado y reciben sólo 750 euros por mes de sostén.
En esa localidad más de 9.000 familias están implicadas indirectamente en la actividad productiva de Fiat, creándose así una tensa situación, que fue relatada a la radio vaticana por el párroco local, Peppino Gambardella, quien estuvo en plaza San Pietro.
"Nuestra Caritas está repleta de nuevos pobres, nos piden para pagar las boletas, trabajo, víveres, trabajo, situaciones desesperadas", explicó.
"Tememos que este fenómeno haga crecer la usura, los robos, la delincuencia, la camorra aprovecha de este momento para tener nuevos adeptos", sostuvo.
"Esperamos que las palabras del Papa abran la mente del directorio de la Fiat", dijo por su parte un dependiente de la fábrica de Pomigliano tras las palabras del pontífice.
"Estamos muy contentos pero tras las palabras de Joseph Ratzinger y el interés mostrado por el presidente, Giorgio Napolitano, ahora queda en pie el nudo central de una misión productiva para nuestro establecimiento que puede dar calma y tranquilidad a la clase obrera.
Un movimiento, el de los trabajadores de Pomigliano que demostró en estas semanas poder hacer sentir su voz en todas partes".
"Apreciamos la solidaridad del Papa pero ahora esperamos que haga lo mismo la Fiat, cuyo silencio nos preocupa muchísimo", declaró Sebastian D'Onofrio, sindicalista metalúrgico de Pomigliano.
"Hasta ahora no escucharon a nadie, agregó, esperamos que la máxima autoridad eclesiástica abra un camino", subrayó.
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