2 de octubre 2022 - 08:18

Brasil va a las urnas: cómo llegan Lula Da Silva y Jair Bolsonaro a las elecciones

Este domingo, de 8 a 18, se votará en todo Brasil en los 27 estados un nuevo presidente entre Lula Da Silva y Jair Bolsonaro. Además se eligen gobernadores, se renueva un tercio del Senado, Diputados y otras legislaturas locales.

Brasil acude el domingo a las urnas en el mayor momento de violencia política desde la dictadura.

Brasil acude el domingo a las urnas en el mayor momento de violencia política desde la dictadura.

Foto: AP

Brasil arranca una intensa jornada llena de expectativas para definir quién será el próximo presidente. De un lado, el actual mandatario Jair Bolsonaro, intentará alcanzar la reelección. Enfrente, Lula Da Silva, quien buscar regresar al poder luego de varios años. Desde las 8 y hasta las 18 (hora de Argentina) será la votación y se estima que a las 21 se conocerá el resultado, ya que el sistema de votación electrónico permitirá conocer con más rapidez al vencedor.

La última encuesta del sábado del Instituto Datafolha atribuye 36% de las intenciones de votos válidos a Bolsonaro frente a 50% para el expresidente Lula (2003-2010), porcentaje mínimo para evitar un segundo turno el 30 de octubre.

Los brasileños han vivido una creciente polarización y aunque casi nueve de cada diez eligió a su candidato hace meses, según las encuestas, a menudo la elección se basa en el rechazo del adversario.

Elecciones en Brasil: qué se elige este domingo

Unos 500.000 agentes velarán por la seguridad de la jornada electoral, mientras que el porte de armas por parte de ciudadanos, que Bolsonaro promovió activamente durante su mandato, fue suspendido durante tres días hasta el lunes.

Los electores también elegirán el domingo un tercio del Senado, Diputados, gobernadores y asambleas legislativas de los 27 estados de Brasil. Si el ganador no supera el 50% de los votos, habrá segunda vuelta el próximo 30 de octubre.

Luiz Inácio Lula da Silva, principio, contaría con los votos necesarios para imponerse en la primera vuelta, mientras que el presidente Jair Bolsonaro insiste en que los sondeos mienten y ha asegurado que solo reconocerá los resultados si las elecciones son "limpias".

Se espera que hoy unos 156 millones, habilitados en el padrón, se acerquen a los puntos de votación de todo el país. Los lugares habilitados son colegios, centros educativos, centros comunitarios, entre otros.

Si el exsindicalista gana en primera vuelta, "Bolsonaro cuestionará" los resultados, ya que desde hace meses, el actual mandatario arremete sin ninguna prueba contra la fiabilidad del voto electrónico vigente en Brasil desde 1996, sistema con el que fue elegido siete veces diputado y una como presidente.

Jair Bolsonaro busca la reelección

Bolsonaro, un excapitán del ejército de 67 años, ha gobernado durante cuatro años el mayor país de América Latina a golpe de crisis, especialmente con una fustigada gestión de la pandemia que dejó 686.000 muertos y un desafío constante a las instituciones democráticas.

Mantiene un sólido apoyo entre el electorado evangélico, el agronegocio y los sectores más conservadores que defienden una sociedad basada en Dios y la familia o el no al aborto.

Lula Da Silva y el ansiado regreso

Lula vuelve al ruedo político tras haber dejado el poder con un envidiable índice de popularidad, pero sin haberse podido sacudir a ojos de parte de la sociedad la mancha de la corrupción. Fue condenado y luego absuelto por motivos procesales por el escándalo "Lava Jato" sobre una red de sobornos en la petrolera estatal Petrobras.

Este autodenominado "joven de 76 años", excarcelado en noviembre de 2019 tras pasar 19 meses en prisión, cuenta con el apoyo de las clases populares, las mujeres y jóvenes, pero también ha tratado de seducir al mercado y sectores moderados, fichando como vice al tecnócrata Geraldo Alckmin.

De ganar, promete combatir el hambre en Brasil, sacar al país de su aislamiento diplomático y poner fin a su imagen de "paria" medioambiental, debido a la deforestación masiva de la Amazonía registrada bajo Bolsonaro.

Su actitud ha llevado a muchos observadores a no descartar algún conato de violencia por parte de sus seguidores, como ocurrió con la toma del Capitolio estadounidense en enero de 2021, dos meses tras la derrota de Donald Trump.

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