En una Jerusalén sitiada, grupos palestinos convocan a "viernes de la ira"
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Fuerzas de seguridad israelís revisan a un palestino, en el ingreso a Jerusalén.
"Es un Día de la Ira para apoyar la Intifada palestina. Las facciones están llamando a un día de la ira para asegurarse de que la Intifada continúa", detalló el comunicado.
El FDLP aseguró, en un mensaje a los medios, que todo el territorio del mandato británico de Palestina -Jerusalén, Cisjordania, Gaza y la "Palestina ocupada" (Israel)- se verán sacudidos por el movimiento "contra el terrorismo de la ocupación israelí
En los llamamientos argumentan que es necesario protestar por los "asaltos" israelíes contra la Explanada de las Mezquitas, en Jerusalén Este, donde los palestinos creen que Israel busca cambiar el status quo, acusación que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha negado tajantemente.
El portavoz de Hamas en Gaza, Sami Abú Zuhri, señaló recientemente que las acciones de Israel en ese recinto (denominado Monte del Templo por los judíy Noble Santuario por los musulmanes y sagrada para ambas religiones) "equivalen a una declaración de guerra".
Muchos recordaron en ese momento que una provocativa marcha del entonces líder de la oposición Ariel Sharon por esa explanada fue la chispa que inició la Segunda Intifada quince años atrás.
El llamamiento a un nuevo "Díde la Ira" y las declaraciones de Hamas pueden inflamar aún más los ánimos en un ambiente ya de por sí tenso desde hace dos semanas, que costó decenas de vidas.
El presidente palestino, Mahmoud Abas, reivindicó el derecho palestino a defenderse contra el "agresivo y creciente ataque israelí", en un discurso que Israel calificó de instigador y mentiroso y en el que reiteró que Palestina ya no se considera vinculada a los acuerdos de Oslo, "que Israel no cumple".
Dentro de ese panorama, Netanyahu, centró su respuesta en una supuesta referencia de Abbas a la muerte de un niño palestino de 13 años en una colonia de Jerusalén Este para acusarlo de "instigación y mentiras", en línea con su viceministra de Asuntos Exteriores, la ultranacionalista Tzipi Hotovely.
Pero un comunicado oficial de la Organización de Liberación de Palestina (OLP) indica que el primer ministro de Israel deformó el contenido del discurso de Abbas.
El presidente palestino, según el comunicado, dijo que "no se rendirá ante la lógica de la fuerza brutal (...)" y ejemplificó con "el disparo a nuestros niños a sangre fría, como hicieron con el niño Ahmed Manasra y otros niños de Jerusalén".
Por lo demás, Abbas manifestó que la paz, seguridad y estabilidad no se alcanzarán hasta que acabe la ocupación israelí y que "no aceptará un cambio en el statu quo del complejo de Al Aqsa" y que "es el derecho exclusivo de los palestinos y de los musulmanes del mundo".
Israel niega tajantemente que tenga intención de modificar el status del lugar sagrado. "Mientras Israel mantiene el statu quo en el Monte del Templo (como los judídenominan la Explanada de las Mezquitas), Abu Mazen, con sus palabras de instigación, hace un uso cínico de la religión y asígenera terrorismo", condenó Netanyahu.
Entretanto, la ministra de justicia israelí, Ayelet Shaked, del partido ultranacionalista Habait Hayehudí (El hogar judío), anunció a la radio israelí que ya está en marcha el proceso de retiro de permisos de residencia a los palestinos de Jerusalén Este que cometan atentados o los apoyan, anunció la agencia DPA.
Israel conquistó Jerusalén Este en el año 1967 y lo anexó unilateralmente en 1980. Los aproximadamente 300.000 palestinos que viven desde hace siglos en esa zona tienen una tarjeta de residencia y derechos sociales, pero normalmente no la nacionalidad.
Tienen libertad de movimientos en Israel, pero con la retirada del permiso se les prohíde hecho entrar a Israel y a Jerusalén. La reciente oleada de violencia ha sido protagonizada en alrededor de un 80 por ciento por residentes en Jerusalén Este.
Entretanto, bloqueos, restricciones y limitaciones de movimientos cubrieron todo el territorio israelí.
Hoy, la policía cerró durante varias horas las principales carreteras de la zona central del país entre Tel Aviv y Givatáim, tras la persecución a un vehísospechoso que concluyó con la detención de dos personas.
Las autoridades deportivas, además, anunciaron la cancelación de partidos de fútbol entre equipos judíos y árabes en el norte y sur del país en respuesta al "viernes de la ira" convocado por Hamas y el FDLP, informó la TV pública de Israel.
El nerviosismo reinante llevó a que un oficial israelí, alertado por gritos de "terrorista" de varios soldados que viajaban en el mismo tren que él y señalaban a otro pasajero, efectuara un disparo dentro del primer vagón cerca de la ciudad de Haifa (norte).
El suceso acabó sin víctimas, precisó el canal 10 de la TV israelí citando un comunicado de la portavoz de la policía, Luba Samri. Haifa es una ciudad de población mixta árabe-israelí.




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