Carteles que reclaman el "punto final" a las negociaciones con ETA durante la última marcha en Madrid (arr) y el estado de un edificio en Bilbao luego de la explosión en el aeropuerto (abajo).
Madrid, (AFP) -Una manifestación contra la violencia de ETA congregó ayer en Bilbao al partido socialista en el poder en España (PSOE), al principal partido de la oposición (PP) y al partido nacionalista mayoritario en el País Vasco (PNV), la primera marcha unitaria desde el atentado de la banda el 30 de diciembre en Madrid.
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Hasta el presente, el PSOE y el PP se habían movilizado por separado para condenar el atentado de la organización separatista armada vasca en el aeropuerto de Madrid, en el que perecieron dos ecuatorianos, y que puso fin al proceso de paz iniciado tras el alto el fuego permanente de ETA.
La derecha española había convocado una manifestación el 3 de febrero en Madrid, dirigida tanto contra la política del gobierno central en la cuestión vasca como contra la organización independentista, en respuesta a otra manifestación del 13 de enero contra ETA en el centro de la capital, esta vez convocada por los sindicatos y con apoyo del gobierno.
Convocada para el sábado por la tarde por la organización pacifista "Gesto por la paz", la manifestación de Bilbao congregó a miles de personas, entre las cuales el secretario general del partido socialista vasco, Patxi López, el dirigente vasco del Partido Popular (PP), Antonio Basagoiti, y a la dirigente del PNV Josune Ariztondo, según los medios españoles.
El presidente del gobierno español, José Luis Rodriguez Zapatero, abogó recientemente por la formación de un nuevo pacto antiterrorista, como el que existió entre el PSOE y el PP desde 2000, pero asociando esta vez al Partido Nacionalista vasco (PNV, centro-derecha).
Las consultas realizadas hasta ahora no han llegado a buen puerto por las profundas divergencias entre el PSOE y el PP.
El PP reprocha a Rodríguez Zapatero no haber abandonado la idea de negociar con ETA si bien había dicho que el atentado del 30 de diciembre había puesto "punto final" al intento de solución negociada al conflicto vasco.
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