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Es a esto que se refería el «Washington Post» el 15 de mayo y lo que señala Interpol en cuanto a la autenticidad de la información secuestrada en las computadoras capturadas a «Raúl Reyes» en Ecuador. Y muy en especial, al apoyo que el gobierno de Chávez le habría ofrecido a las FARC para obtener armamento moderno de altísima letalidad. Vale la pena recordar que el « Washington Post» es el mismo diario que desató el Watergate. No estamos hablando de un medio fascistoide.
¿De qué tipo de armamento hablamos? El éxito en el ataque al campamento de «Raúl Reyes» en Ecuador vino de la mano de armas «high tech» (bombas con guiado terminal lasérico que permitieron bombardear sin violar el espacio aéreo ecuatoriano).
Después de lo de «Raúl Reyes», una mortal amenaza aérea, además de la necesidad de espectacularidad, hace que las FARC busquen misiles antiaéreos portátiles. Son los Manpads («Man Portable Air Defense Systems» o Sistemas Portátiles de Defensa Aérea). Requieren de un alto nivel de adiestramiento y nervios templados. Es imprescindible disponer de un simulador de tiro para el adiestramiento y de al menos cuatro semanas para que el apuntador aprenda.
Los Manpads son sin duda alguna el arma más peligrosa que existe en el actual inventario mundial y se intenta controlar al máximo su eventual proliferación.
Es de sobra conocido que el gobierno sandinista suministró al FMLN salvadoreño un elevado número de Manpads de tipo SAM-7 y SAM-14 de fabricación rusa, al igual que Red Eye norteamericanos capturados a las guerrillas «contras» durante la guerra civil nicaragüense. También se ha denunciado que el FMLN vendió Manpads a las FARC, lo que ellas y el Farabundo Marti desmintieron una y otra vez.
En las notebooks secuestradas en el campamento de Reyes y llevadas a Colombia para indignación de Correa y de Chávez, hay documentos que probarían las activas gestiones para comprar Manpads a la mafia rusa y en Libia. Y ahora se agrega, según el «Washington Post», la oferta de ayuda venezolana para obtenerlos de la mano de traficantes australianos en algún país del Medio Oriente y que no pocos señalan a Irán.
Aunque la noticia indigne a Hugo Chávez, estos informes indican que los servicios de inteligencia venezolanos habrían ofrecido no sólo ayuda para comprar los misiles, sino para llevar gente a Medio Oriente (¿Irán?) a recibir adiestramiento. Dadas las relaciones estrechas de Chávez e Irán y la postura radical del régimen iraní, tal cosa está lejos de ser imposible.
No son caros: entre u$s 80 y 250 mil. Pero éstos son los precios para «compradores estatales». Para clientes como las FARC, el precio es más alto, salvo que haya algún país, voluntarioso, que quiera proveerlos gratis. Como ocurrió con los SAM-14 entregados al FMLN desde Nicaragua durante la guerra civil salvadoreña.
Como los Manpads están muy controlados, los narcoterroristas de las FARC deben buscar fuentes ilegales. Otro sería el cantar si lograsen que alguien los reconociera como estado beligerante. Se cree que hay no menos de 6.000 Manpads disponibles en el mercado ilegal, miles de ellos robados en el colapso del régimen de Saddam Hussein.
Las fuentes ilegales permiten descartar que las FARC puedan acceder a los Stinger estadounidenses, considerados los mejores del mundo. Tampoco a los Mistral galos, los RBS-70 suecos, los Kin-Sam japoneses, los Grom polacos, los Chiron surcoreanos o el Starstreak británico. Por eso es que las FARC podrían intentar comprar Manpads de origen chino o ruso.
Y para ello, no hay otra que acudir a la colaboración del terrorismo internacional, los mercaderes internacionales, la mafia rusa o algún país voluntarioso. ¿Irán?, ¿Libia?, ¿Angola?, ¿Eritrea?, ¿ alguien en los Balcanes?, ¿ Nicaragua?, ¿Cuba?, ¿alguien en América del Sur?
Los Manpads no hubiesen podido evitar el ataque a gran altura al campamento de Reyes en Ecuador porque las bombas con guiado terminal lasérico se lanzan en «stand off», fuera del alcance de los misiles portátiles. Pero hubiesen derribado fácilmente a los helicópteros UH-60 Blackhawk que transportaron al equipo de asalto que penetró en el campamento.
La totalidad de las aeronaves en servicio en Colombia es blanco fácil para un Manpads cuando lanzan bombas y cohetes convencionales como ocurre diariamente. Los temidos «Fantasmas», versión erizada de ametralladoras de los C-47, son algo así como un pato sentado para un misil de éstos.
Los apuntadores del FMLN se adiestraron en terreno seguro en Nicaragua. Los mujahidines afganos, en Pakistán. ¿Dónde se prepararán los apuntadores de las FARC? Se denuncia que la inteligencia chavista se ocuparía de mandarlos al Medio Oriente para eso. Irán no es la única opción allí, pero ciertamente es de las más probables.
La aparición de Manpads en la guerra civil colombiana significará escalarla mucho más y haberles dado a las FARC una herramienta que les permita compensar lo que es una marcada superioridad que actualmente disfrutan las Fuerzas Legales. Y si aparecen esos Manpads, también significará que ha habido considerable ayuda externa para que logren obtener dichas armas.
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