Más serio Tabaré encabezó acto por "Nunca Más" pero para todos
Tabaré Vázquez ha roto con muchos de los tabúes de la izquierda uruguaya. Respetó la moderación económica de los gobiernos anteriores, exploró el libre comercio con EE.UU. hasta donde se lo permitió el cepo del Mercosur y decidió destinar las indemnizaciones del Estado por el pasado violento tanto a las víctimas de la represión ilegal como a las de los guerrilleros tupamaros (hoy reconvertidos a la política en su gobierno). Ayer dio su paso más audaz, al encabezar un acto por el Día del Nunca Más, concebido como un corte con todos los excesos de ese pasado y una contribución a la reconciliación nacional. No hay allí memorias (ni olvidos) parciales ni usos políticos de la violencia de los 70 y los 80. Naturalmente, muchos, en todo el espectro político, lo acompañaron. No así otros, atados todavía a esa historia trágica. Toleró incluso el boicot del ala más izquierdista de su coalición, cuyos militantes causaron disturbios en Montevideo. Un modo de demostrar que, para ellos, la violencia siempre vuelve y que no hay gestos que los convenzan de mirar hacia adelante.
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Tabaré Vázquez, ayer, al saludar a Pedro Bordaberry, hijo del ex presidente
de facto uruguayo (arriba). El Día del Nunca Más, previsto como el inicio de
la reconciliación en el país, tuvo tanto apoyos como rechazos en el arco
político. La izquierda se enfrentó con la policía en Montevideo (izquierda).
El gobernante eligió el Día del Nunca Más en conmemoración del 243° aniversario del natalicio de Artigas.
Vázquez fue acompañado por su esposa, María Auxiliadora Delgado, y la viuda del líder histórico del Frente Amplio, general Líber Seregni, Lily de Seregni, que fue muy aplaudida por los presentes.
El jefe de Estado dedicó un saludo especial a Pedro Bordaberry, del opositor Partido Colorado e hijo de Juan María Bordaberry, el ex presidente constitucional devenido en dictador tras el golpe de Estado de 1973. El político es mencionado como posible presidenciable.
El casi octogenario Juan María Bordaberry fue recientemente procesado por la Justicia, acusado por la muerte de uruguayos durante la dictadura (1973-1985) y tras estar en prisión ahora cumple arresto domiciliario debido a su precario estado de salud.
En el acto también estuvo presente el líder del Partido Nacional, principal de oposición, Jorge Larrañaga.
Sin embargo, los tres presidentes uruguayos tras el retorno de la democracia -Julio María Sanguinetti (1985-1990 y 1995-2000), Jorge Batlle (2000-2005), ambos del Partido Colorado, y Luis Alberto Lacalle (1990-1995), del Partido Nacional- no tomaron parte en el acto por no estar de acuerdo con la iniciativa.
Algunos sectores radicales del partido de gobierno manifestaron su rechazo a la propuesta del presidente y convocaron a una marcha en contra por entender que Vázquez « plantea la reconciliación de los uruguayos con la impunidad», debido a que sigue sin conocerse el destino de decenas de uruguayos desaparecidos durante la dictadura. Estas manifestaciones derivaron en incidentes con la policía.
«Nunca más terrorismo de Estado, nunca más uruguayos contra uruguayos», afirmó el socialista Vázquez al anunciar semanas atrás su propósito con la conmemoración.
La asociación de Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos-Desaparecidos y la principal central obrera uruguaya PIT-CNT tampoco acompañaron la iniciativa.
Los comandantes en jefe de las fuerzas armadas uruguayas fueron «invitados» por Vázquez a asistir, lo que en la esfera militar es considerado una orden, y estuvieron presentes en primera fila.
Sin embargo, el Círculo Militar, que agrupa a militares retirados, afirmó que los sectores radicales «le torcieron el brazo» al mandatario y convocó a no tomar parte en el acto.
Vázquez tenía previsto organizar un desfile cívico-militar, como es tradicional el 19 de junio para homenajear a Artigas, pero, debido a las discrepancias de la mayoría de los grupos que integran el gobierno, la conmemoración quedó limitada a una ofrenda de flores sin desfile ni discursos.
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