23 de septiembre 2017 - 11:34

Máxima tensión tras la incursión del ejército en la mayor favela de Río de Janeiro

Un grupo de sospechosos intentó romper el cerco de casi un millar de efectivos.
Un grupo de sospechosos intentó romper el cerco de casi un millar de efectivos.
Las autoridades brasileñas detuvieron a cinco sospechosos en la Rocinha, la mayor favela de Río de Janeiro, en medio de nuevos tiroteos que se produjeron pese al cerco establecido la víspera por casi un millar de miembros del Ejército, informaron fuentes oficiales.

Un grupo de sospechosos intentó romper el bloqueo establecido por las Fuerzas Armadas, lo que generó nuevas escenas de pánico en la Rocinha, donde viven alrededor de 60.000 habitantes.

En la operación, el Ejército detuvo a cinco sospechosos que viajaban en un vehículo y se incautó de un fusil AK47, una pistola, munición y dos equipos de transmisión a distancia, señaló el Estado Mayor de las Operaciones de Apoyo al Plano Nacional de Seguridad Pública.

El incidente provocó nuevos cortes en vías de acceso que no se liberaron hasta una hora después.

Desde la tarde de este viernes, unos mil militares del Ejército cercaron la Rocinha para reforzar las operaciones de la Policía luego de que se registraran intensos tiroteos entre dos facciones rivales que luchan por el control del tráfico de drogas en la zona.

La Rocinha, con una vista privilegiada sobre las playas más turísticas de Río de Janeiro, está ubicada en un cerro que divide los lujosos barrios de Sao Conrado y Gavea, y sobre la única avenida que comunica las zonas sur y oeste de la ciudad, por lo que es estratégica tanto para los narcotraficantes como para el tránsito.

De acuerdo con medios locales, los autobuses municipales no circularon durante la mañana de este sábado en el interior de la favela y solo moto-taxis y furgonetas colectivas hacían el transporte de pasajeros por las calles de la Rocinha.

En otra parte de esa comunidad, las fuerzas especiales de la Policía decomisaron cinco granadas caseras, señaló la institución.

Los tiroteos del viernes no solo se concentraron en la Rocinha, sino también en otras cinco favelas en las zonas norte y oeste de Río de Janeiro, lo que igualmente provocó movilización de policías, cierre de vías y enormes embotellamientos.

Río de Janeiro vive una inusitada ola de violencia desde la celebración de los Juegos Olímpicos de 2016, que ha obligado al Gobierno del presidente Michel Temer a enviar unos 10.000 miembros de las Fuerzas Armadas para reforzar la seguridad en la región, con la perspectiva de que permanezcan allí hasta finales de 2018.

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