Miguel Uribe Turbay, senador colombiano del Centro Democrático, permanece internado en estado grave luego de haber recibido dos disparos en la cabeza y uno en una pierna, mientras encabezaba un acto público en Bogotá, capital de Colombia. El último reporte de la Fundación Santa Fe de Bogotá indicó que continúa "con escasa respuesta a las intervenciones y manejos médicos realizados".
Miguel Uribe Turbay se encuentra en estado crítico tras el atentado y crecen las sospechas sobre una trama criminal
El senador colombiano sufrió dos disparos en la cabeza y permanece internado. Según los médicos, continúa sin dar respuestas a los manejos médicos.
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Miguel Uribe Turbay sufrió un atentado en Colombia y pelea por su vida.
Su esposa, María Claudia Tarazona, expresó en redes sociales: “Les pido, de todo corazón, que no paren de rezar. Miguel necesita un milagro ”. Esta declaración conmocionó al país que eligió mostrar su solidaridad.
El atentado contra Miguel Uribe Turbay en Colombia
El ataque ocurrió el sábado anterior, en el parque de Fontibón, mientras Uribe Turbay encabezaba una actividad política. Según informó el presidente Gustavo Petro, el agresor fue un adolescente de 14 años, que había integrado el programa estatal Jóvenes en Paz, aunque se retiró por decisión propia. El joven le disparó al senador por la espalda y fue reducido en el lugar por sus custodios.
El presidente colombiano afirmó en su cuenta de X que “el niño asesino demostró una personalidad completamente conflictiva, sin capacidad para establecer vínculos intersociales. Duró dos meses en el programa Jóvenes en Paz, no asistió a ninguna clase y se retiró voluntariamente”.
El agresor vivía con su abuela en el barrio Villas de Alcalá, al sur de la capital, debido a la ausencia de sus padres. La policía enfocó parte de las pesquisas en esa zona luego de que, en un video grabado tras el ataque, se oyera al atacante mencionar al “man de la olla”, presunto líder del narcotráfico local.
La Fiscalía de Colombia, encabezada por Luz Adriana Camargo, avanzó en la causa con 23 entrevistas, dos allanamientos en casas de familiares del menor y el análisis de más de mil grabaciones de cámaras de vigilancia y videos particulares. Camargo informó que el arma usada fue una pistola Glock 9 mm con 18 balas, adquirida en Arizona, Estados Unidos, en 2020.
“Somos perfectamente conscientes de que este muchacho es apenas un ejecutor material”, afirmó Camargo, quien señaló además que el menor todavía no pudo ser interrogado, ya que también resultó herido de bala y recibe atención médica bajo fuerte custodia. El gobierno desplegó a 50 efectivos policiales y militares para garantizar su seguridad y evitar que se repita un patrón de asesinatos que ha afectado otras investigaciones.
Uno de los antecedentes más recientes fue el crimen del candidato ecuatoriano Fernando Villavicencio, ocurrido en 2023, cuyo autor material y otros seis implicados fueron asesinados en cárceles ecuatorianas.
En paralelo, el abogado de la familia Uribe, Víctor Mosquera, declaró que solicitaron en al menos 23 ocasiones ante la Unidad Nacional de Protección (UNP) un refuerzo en la custodia del senador. El abogado aseguró que la única demanda concreta era la incorporación de un escolta adicional y un vehículo, pero que finalmente denunciaron por negligencia al titular de la UNP.
En esa línea, el presidente Petro avivó la polémica al manifestar: “su esquema de protección fue disminuido extrañamente el día del atentado. De 7 a 3 personas. Pedí en el Consejo de Seguridad la máxima profundidad en la investigación de este hecho”.
Las acusaciones y las hipótesis de las autoridades
Las autoridades, por su parte, no descartaron ninguna hipótesis. Consideraron posible la participación de organizaciones delictivas, grupos armados, estructuras narco y actores ocultos. El ministro de Defensa, Pedro Sánchez, sostuvo que “quien haya cometido el atentado está haciendo todo lo posible para mantener su anonimato”.
A esto se sumaron nuevas acusaciones. La periodista y también precandidata presidencial Vicky Dávila afirmó que recibió una advertencia por parte de un militar de inteligencia sobre un presunto “plan terrorista” orquestado por Iván Mordisco, cabecilla de las disidencias de las FARC, que incluiría ataques contra Uribe Turbay, María Fernanda Cabal y ella misma. Según su versión, los autores materiales serían alias “Pelo” o alias “El Grande”.
Cabal competía con Uribe Turbay por la candidatura presidencial dentro del Centro Democrático, mientras que Dávila se postula como independiente, pero también aspira a representar a sectores de la derecha en las primarias que se celebrarán antes de los comicios generales del 31 de mayo del año próximo.
El nombre de Iván Mordisco estuvo involucrado en los planes del presidente Petro para alcanzar su proyecto de “paz total”, que incluía negociaciones con grupos armados. Según la oposición, esas tratativas permitieron que las disidencias de las FARC se fortalecieran. En las últimas semanas, el Ejército colombiano enfrentó a este grupo armado, y desde la presidencia se indicó que Mordisco resultó herido.
El propio presidente Petro, exintegrante del M-19, lanzó duras críticas a Mordisco: “Es la triste historia de la degradación de la lucha insurgente. Pasa a ser un simple ejercicio violento contra su pueblo. Traquetismo (narcotráfico) y bandidismo”.
Estas declaraciones reavivaron viejas disputas, ya que el abuelo de Uribe Turbay, el expresidente Julio César Turbay, gobernó Colombia entre 1978 y 1982 y llevó adelante una férrea represión contra el M-19, lo que Petro ha utilizado en el pasado para atacar al nieto del exmandatario.
Mientras el senador continúa en estado crítico, el país vive momentos de alta tensión política, con una polarización creciente y con la figura de Uribe Turbay convertida en símbolo de la oposición al proyecto de reforma laboral del gobierno. El ataque, en este contexto, intensificó el clima de inestabilidad y las sospechas sobre la existencia de una red criminal de mayor envergadura.
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