Misterio del último cardenal
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La fórmula del «cardenal in péctore» permite a los papas honrar a prelados cuyo nombramiento podría plantear riesgos para ellos o para las relaciones del Vaticano con un Estado, o por simples razones de conveniencia.
Para que el cardenal secreto pueda participar en el cónclave, el Papa fallecido tendría que haber anunciado su nombre y que tenga menos de 80 años.
Anteriormente, los cardenales «in péctore» fueron designados en los países comunistas y sus nombres se mantenían en secreto para evitarles persecuciones. Es lo que ocurrió, por ejemplo, en el caso del cardenal chino Gong Pin Mei, hecho cardenal secreto en 1979 por Juan Pablo II, cuando cumplía una cadena perpetua en su país.
El Papa sólo reveló su nombramiento en 1991 cuando, después de más de 30 años en prisión, el prelado octogenario fue autorizado a emigrar a Estados Unidos en 1991.
Luego hizo lo mismo con un letón, monseñor Janis Pujats, y un ucraniano de rito latino, monseñor Marian Jaworski, designados en 1998 y revelados en 2001.
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