3 de septiembre 2008 - 00:00

Promesa de paraíso para kamikaze iraquí

La adolescente iraquí Rania Ibrahim contó que su marido la había convencido de inmolarse en un mercado en Bagdad.
La adolescente iraquí Rania Ibrahim contó que su marido la había convencido de inmolarse en un mercado en Bagdad.
Baquba (AFP) - Rania Ibrahim, una iraquí de apenas 15 años, asegura que su sueño era estudiar Medicina, pero su destino dio un vuelco brutal: el 24 de agosto fue capturada con 20 kilos de explosivos adheridos a su cuerpo con los que debía hacer volar el mercado de Baquba, al noroeste de Bagdad.

El atentado, preparado por su marido y otros miembros de la red Al-Qaeda, según los investigadores, fue desbaratado a último momento por la policía, que detuvo a la adolescente cuando ésta se aprestaba a cometer lo irreparable.

Ahora, detrás de las rejas, Rania clama su inocencia. «Mi marido me dijo que había que ser mártir», dijo la joven Rania, de mirada tímida, que lleva en su piel las marcas del acné juvenil.

«Me dijo que iría al paraíso. Que allí había mujeres ángeles con la piel blanca y profundos ojos negros. Que el paraíso es como un enorme jardín lleno de flores, donde hay dos ríos, uno dulce y otro de miel», asegura.

  • Sonrisa infantil

    Cubierta de pies a cabeza con su abaya negra, vestimenta tradicional de las iraquíes, Rania esboza una sonrisa infantil al recordar las palabras de su marido, a quien la policía describe como un militante de Al-Qaeda buscado por 40 asesinatos, la mayoría por decapitación.

    Rania contrajo matrimonio a los 14 años, al parecer, empujada por su madre que no tenía dinero y sin saber lo que la esperaba, según jura la muchacha. Hoy es conocida en toda la ciudad porque fue la kamikaze más joven detenida en Irak, un regalo del cielo para las fuerzas de seguridad iraquíes dispuestas a exhibirla a los medios de comunicación para alimentar la guerra de propaganda contra los insurgentes en la región.

    Una insurgencia acosada por las milicias locales -ex aliados que ahora luchan junto a los estadounidenses- y que busca candidatos al suicidio entre las mujeres por falta de hombres suficientes, según la policía iraquí.

    Más de 30 mujeres se alistaron como kamikazes este año, contra un puñado en 2007, de acuerdo con la policía.

    En un banco de la comisaría central de Baquba, Rania, una sunita, asegura que ha sido manipulada y drogada por su marido y una de sus primas.

    «Me dijeron que la bomba no estallaría», asegura, con la mirada perdida. Y dice que justo antes de ir al mercado le sirvieron «un vaso de jugo de durazno»... «La cabeza me empezó a dar vueltas, y comencé a ver doble», recuerda.

    Cuando la policía se cruzó el 24 de agosto con Rania, ésta intentaba, sola, atravesar el mercado donde tres policías acababan de ser blanco de disparos, explicó el jefe de policía de la provincia de Diyala, el general Abdel Karim Jalaf.
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