Se esperan ahora continuidad y reformas
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La carga tributaria en 2005 fue equivalente a 37,37% del Producto Bruto Interno (PBI), lo que significa que cada brasileño trabaja anualmente cuatro meses y 25 días sólo para pagar impuestos.
«El próximo gobierno tendrá por delante toda una agenda de profundas reformas que no serán fáciles de aprobar en el Congreso porque tocan intereses de distintos sectores sociales», opinó el economista Pedro Paulo da Silveira, de Grau Gestión de Activos.
La tercera reforma en la lista de espera es la laboral, para modernizar una legislación paternalista de los años 40 por la que protestan los empresarios, debido a que aumenta los costos del empleo formal.
«La reforma laboral reduciría derechos de los trabajadores y de los contribuyentes de la seguridad social, de la mismaforma que la reducción de la carga tributaria beneficiaría a unos sectores y sería onerosa para otros», advirtió Silveira.
La tarea de impulsar las reformas no será fácil para el próximo presidente porque demandará mucha discusión y mucha negociación en el Congreso, donde ningún partido goza de mayoría absoluta y, peor aún, no existe fidelidad partidaria.
La economía brasileña creció el año pasado apenas 2,3% y para este año el Banco Central espera una expansión de 3,5%, un resultado inferior al promedio de los demás países emergentes y muy distante del «espectáculo del crecimiento» prometido por Lula hace cuatro años.
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