Madrid (EFE, AFP, Reuters, ANSA) - Horas antes de que entrara en vigencia el «alto el fuego permanente» de ETA, el gobierno español exigió ayer al grupo separatista vasco que ofrezca «signos inequívocos» de su renuncia definitiva a la violencia para poder entablar un proceso de diálogo.
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El secretario de Estado de Comunicación, Fernando Moraleda, reiteró que el Ejecutivo afrontará con «cautela» el anuncio del movimiento terrorista y que solicitará la autorización del Parlamento para dialogar con la banda armada si constata de manera fehaciente que se dan las condiciones.
ETA, que asesinó a más de 850 personas desde 1968 en su defensa de un Estado vasco socialista e independiente, anunció el miércoles un alto el fuego «permanente», que comenzó hoy a la cero hora local, con la intención de conseguir «un cambio político» en el País Vasco. Según el diario «El País», el comunicado de ETA fue negociado con el gobierno socialista a través de intermediarios, de modo de que tuviera mejor recepción política. El anuncio (realizado a través de un video por una mujer -algo inédito- encapuchada, identificada como Ainhoa Ozaeta) era esperado desde hacía varios meses y derivó en un llamamiento del presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en favor de la unidad «en la esperanza» de todas las fuerzas políticas para aprovechar esta oportunidad de paz.
El jefe del Ejecutivo -aplaudidoayer en la apertura de la cumbre europea de Bruselas por todos sus pares, a pedido del presidente francés, Jacques Chirac- insistió en pedir «prudencia», tendió la mano al opositor Partido Popular (PP) para abordar juntos la situación y reiteró su compromiso de someter a la autorización del Parlamento cualquier iniciativa de negociación con ETA.
El mandatario se entrevistó ayer con el rey Juan Carlos en una reunión de «carácter extraordinario» para intercambiar impresiones sobre las reacciones tras el comunicado de ETA y analizar el nuevo panorama político, informaron fuentes de la Casa Real.
• Ampliación
ETA amplió ayer a la mañana su primer comunicado para señalar que «el diálogo, la negociación y el acuerdo» son los instrumentos para alcanzar el cambio político, y para destacar que «es tiempo de compromisos» y de pasar «de las palabras a los hechos». ETA instó a los gobiernos de España y Francia -en parte de cuyos territorios aspira a fundar un Estado vasco independientea «dejar de lado la represión» y les pidió que «no pongan obstáculos» al proceso y que muestren «la voluntad de dar una salida negociada al conflicto».
Mientras tanto, continuaban las reacciones y el debate sobre si existe realmente o no una oportunidad para poner fin a cuatro décadas de violencia.
El líder del PP, Mariano Rajoy, volvió a condicionar su apoyo al gobierno a que Zapatero dé pasos «razonables», no pague un precio político, no margine a las víctimas y obtenga de ETA una rendición incondicional.
En declaraciones a la cadena de radio COPE, Rajoy dijo que la posición del PP es «clara» y que se la comunicará al mandatario en la esperada reunión que mantendrán el martes en el Palacio de La Moncloa.
En tanto, la Iglesia Católica también se ofreció a participar en el proceso por medio del obispo de San Sebastián, Juan María Uriarte, que ya había actuado como mediador en las conversaciones que mantuvieron el gobierno del conservador José María Aznar y ETA en 1999. Uriarte se mostró dispuesto a hacer una «especial contribución» y subrayó que «en los momentos históricos hay que ser magnánimos».
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