16 de septiembre 2025 - 17:38

Diez días para salvar a SanCor: la Justicia pide medidas concretas para evitar la liquidación forzada

Ordenan a la cooperativa un plan realista para sostener la operación. En paralelo, avanzan los pedidos de quiebra y la producción sigue en mínimos.

La empresa tiene el 90% de sus plantas de producción paralizadas. 

La empresa tiene el 90% de sus plantas de producción paralizadas. 

La histórica cooperativa SanCor atraviesa su momento más crítico. El Juzgado Civil y Comercial de la 4ª Nominación de Rafaela, a cargo del juez Guillermo Adrián Vales, ordenó que la empresa presente en diez días un “Plan de Crisis” detallado que garantice la continuidad de la actividad y evite una liquidación forzada. El documento debe incluir acuerdos con inversores, mecanismos de financiamiento, estrategias comerciales, reordenamiento de pasivos y, eventualmente, la incorporación de management externo.

La medida se da en un contexto de creciente presión sobre la cooperativa: en los últimos días se presentaron dos pedidos de quiebra, uno de exempleados que habían acordado su retiro voluntario y otro aprobado por el gremio ATILRA, que denuncia la falta de pago de salarios de abril a agosto, el aguinaldo y deudas laborales que superan los $83.000 millones, sumando pasivos históricos y recientes.

El magistrado destacó que la viabilidad de la empresa debe evaluarse en términos económicos y productivos, no solo legales, y subrayó la necesidad de “humanizar la crisis”, priorizando la continuidad laboral y evitando despidos. También ordenó que el plan sea presentado de manera presencial por consejeros, síndicos y gerentes, con respaldo contable y financiero, ante el Comité de Acreedores y la Sindicatura.

Producción mínima y plantas paralizadas

El deterioro de la actividad es evidente: SanCor procesa hoy volúmenes mínimos de leche, mayormente para terceros, y sus propios productos casi no se ven en góndolas. El 90% de sus plantas industriales permanece inactiva, mientras que la planta de Devoto, Córdoba, funciona parcialmente bajo un contrato de producción a fasón con Elcor, elaborando mantecas y cremas con insumos aportados por la otra firma.

En el último año, la cooperativa perdió más de 500 puestos de trabajo, tras retiros voluntarios, jubilaciones y despidos. Actualmente, los trabajadores reclaman 1.860 créditos laborales preconcursales por $69.000 millones, mientras que solo en los últimos cinco meses el pasivo laboral sumó $14.000 millones, sin que la empresa respondiera más de 2.500 intimaciones de pago cursadas por ATILRA.

A esto se suma la caída de ventas, la pérdida de presencia en góndolas y problemas de abastecimiento de materia prima, un desgaste que compromete la operativa y la relación con proveedores, y que hace más urgente la presentación de un plan creíble ante la Justicia.

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Los productos marca SanCor prácticamente desaparecieron de las góndolas de los principales supermercados.

Los productos marca SanCor prácticamente desaparecieron de las góndolas de los principales supermercados.

Ultimátum judicial y perspectivas de rescate

El fallo exige que el plan contemple la gestión financiera, acuerdos con inversores, reestructuración laboral y alternativas de operación, con el objetivo de alcanzar un acuerdo con los acreedores y garantizar la continuidad de la empresa. Los síndicos también deberán elaborar un informe sobre fondos líquidos disponibles y la posibilidad de aumentar la afectación de ingresos al pago de acreedores con créditos pronto pagables.

La Justicia advirtió que el objetivo es evitar una liquidación forzada, un proceso que implica la venta de activos para pagar deudas sin garantizar la continuidad de la empresa. En cambio, los pedidos de quiebra con continuidad presentados por trabajadores y exempleados buscan mantener operativas las plantas y preservar puestos de trabajo mientras se negocia un inversor o se implementa una reestructuración viable.

Lo cierto es que si no se presenta un plan exitoso, SanCor, emblema histórico del sector lácteo argentino, podría dejar de existir. Tras casi 90 años desde su fundación, la cooperativa enfrenta una de sus pruebas más duras, en la que convergen la presión judicial, los reclamos laborales y la necesidad de encontrar un camino que permita sostener la producción y la continuidad laboral.

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