30 de diciembre 2025 - 18:32

Emprendedores: el ecosistema argentino cumple otro año de crecimiento y se consolida entre los más dinámicos de la región

El 2025 dejó un balance positivo para el universo de los emprendedores locales, con resultados que consolidan avances. Pero a la vez alerta sobre los riesgos del estrés físico y mental en los líderes de startups.

En 2025 las Experiencias Endeavor convocaron a más de 40.000 asistentes en distintos puntos del país.

En 2025 las Experiencias Endeavor convocaron a más de 40.000 asistentes en distintos puntos del país.

El ecosistema emprendedor argentino vuelve a cerrar un año de fuerte expansión, con cifras que confirman su consolidación como uno de los polos más dinámicos de América latina.

La generación de empleo, la internacionalización de startups nacidas en el país y el protagonismo de compañías tecnológicas de alcance regional reflejan un escenario de crecimiento sostenido, según el resumen de impacto que presentó Endeavor Argentina.

Sin embargo, detrás de ese balance positivo se abre una discusión cada vez más presente y necesaria: el costo emocional y mental que este ritmo de crecimiento impone sobre los propios emprendedores.

Detrás de ese crecimiento acelerado hay decisiones estratégicas constantes, presión competitiva y una responsabilidad creciente que recae sobre sus fundadores y equipos directivos.

El burnout, lejos de ser un fenómeno aislado, se consolida como un riesgo estructural que también atraviesa al ecosistema argentino, en sintonía con lo que ocurre en el resto de la región, según advierten los informes recientes de Endeavor sobre salud mental emprendedora.

El ecosistema emprendedor argentino en cifras

Durante 2025, el impacto de Endeavor en Argentina volvió a ser significativo. El ecosistema local vinculado a la red genera más de 200.000 empleos y tiene presencia operativa en 22 países, llevando innovación desde Argentina hacia mercados de toda la región y más allá.

A lo largo del año, las Experiencias Endeavor convocaron a más de 40.000 asistentes en distintos puntos del país, consolidando a la organización como un actor central en la promoción del talento emprendedor, la formación de líderes y la difusión de historias de crecimiento que inspiran a nuevas generaciones.

Este despliegue territorial y simbólico reafirma el peso que tiene el emprendimiento de alto impacto como motor económico y social, pero también pone en primer plano la exigencia permanente que enfrentan quienes lideran estas compañías.

En su resumen, Endeavor destacó que cada año nuevos emprendedores demuestran la capacidad del talento local para crear soluciones globales, escalar empresas desde Argentina y transformar realidades productivas. Son historias que encarnan el espíritu del ecosistema: pensar en grande, crecer rápido y multiplicar el impacto.

El balance del Ecosistema Endeavor en Argentina durante 2025 confirma esta expansión. La facturación generada por los emprendedores de la red ascendió a $1.767 millones, los puestos de trabajo creados alcanzaron los 200.000 y las compañías operaron en más de 20 países, llevando innovación desde Argentina al mundo.

A lo largo del año fueron apoyados 350 emprendedores entre Emprendedores Endeavor, ScaleUps y programas de apoyo especializado, y se sumaron diez fundadores de tres compañías —Tapi, Cashea y Tiendanube— como nuevos Emprendedores Endeavor.

Además, los programas específicos orientados a mujeres permitieron impactar a más de 3.000 fundadoras, reforzando una agenda de diversidad e inclusión que también atraviesa al ecosistema.

Este crecimiento local se inscribe, además, en una red global que hoy impulsa a más de 2.900 emprendedores que lideran compañías de alto impacto en más de 45 mercados, generando en conjunto más de 4 millones de empleos. Sin embargo, el mismo entramado que potencia la escala y la visibilidad de los emprendimientos también amplifica las exigencias personales de quienes los conducen. Es en este punto donde el contraste entre expansión económica y desgaste humano se vuelve más evidente.

Historias en primera persona

JULIETA PORTA SPHEREBIO
Julieta Luz Porta, fundadora de SphereBio.

Julieta Luz Porta, fundadora de SphereBio.

Entre los casos más destacados de 2025 menciona a Pomelo, la fintech argentina que redefine la infraestructura de pagos en América Latina. Fundada por Gastón Irigoyen, Hernán Corral y Juan Fantoni, la compañía cuenta hoy con más de 100 clientes corporativos y procesa más de 55 millones de transacciones diarias, operando como una pieza clave del sistema financiero digital regional.

Otra historia emblemática que destacó la organización es la de Ripio, pionera del ecosistema cripto argentino y regional. Con más de 17 millones de usuarios y operaciones en ocho países, la empresa dio en 2024 un paso decisivo al asociarse con Mercado Libre para operar la infraestructura detrás de su stablecoin “Meli Dólar”, marcando un hito en la adopción de activos digitales en América Latina.

Este tipo de alianzas estratégicas, que colocan a startups locales en el centro de desarrollos tecnológicos de escala continental, también elevan la presión sobre los emprendedores, que deben sostener altos niveles de desempeño en mercados volátiles y altamente regulados.

A estas trayectorias se suman Lemon, Tapi y Cashea, tres scaleups argentinas que evolucionaron hasta integrarse a la red global de Endeavor, consolidando el liderazgo del país dentro del ecosistema fintech regional.

En su resumen, la organización que encabeza María Julia Bearzi, citó también historias como la de Julieta Porta, fundadora de SphereBio, una startup de biotecnología que busca revolucionar los tratamientos contra el cáncer mediante terapias inmunológicas de nueva generación.

Alerta: el burnout amenaza a los líderes de las startups

Estos proyectos, que combinan innovación científica, impacto social y ambición global, muestran el potencial transformador del emprendimiento argentino, pero también evidencian la carga emocional que implica liderar iniciativas complejas, de alto riesgo y con expectativas muy elevadas.

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Según el informe regional sobre burnout y salud mental impulsado por Endeavor, BID Lab, Flourish Ventures y ANDE, seis de cada diez emprendedores en América Latina presentan síntomas moderados de burnout.

La cifra resulta particularmente significativa en un contexto donde el emprendimiento suele asociarse al éxito, la resiliencia y la capacidad de “aguantar” condiciones extremas. El estudio revela que el 94,1 % de los emprendedores enfrentó al menos un problema de salud mental a lo largo de su carrera, con la ansiedad como el trastorno más frecuente, seguido por el burnout, la depresión y los ataques de pánico.

Estos datos ponen en cuestión la narrativa épica del emprendedor incansable y muestran el costo oculto que acompaña al crecimiento.

El burnout no aparece como un fenómeno aislado ni exclusivo de determinados sectores. Está asociado a jornadas laborales extensas, muchas veces superiores a las 50 horas semanales, a la dificultad para desconectarse del trabajo y a la presión constante por cumplir objetivos financieros, atraer inversiones y sostener equipos en contextos de alta incertidumbre.

En Argentina, donde el entorno macroeconómico agrega volatilidad y estrés adicional, estos factores tienden a intensificarse.

El informe indica que tres de cada diez emprendedores latinoamericanos experimentan niveles severos de angustia psicológica, una condición que afecta la toma de decisiones estratégicas y la calidad del liderazgo.

El impacto del burnout trasciende el ámbito profesional y se filtra en la vida personal. Ocho de cada diez fundadores reconocen que su salud mental incide directamente en sus relaciones familiares y sociales.

La soledad del emprendedor aparece como un rasgo recurrente, incluso dentro de ecosistemas activos y colaborativos como el argentino. La sensación de no poder mostrar vulnerabilidad, de sostener una imagen de fortaleza permanente frente a inversores, equipos y pares, contribuye a profundizar el desgaste emocional.

Las mujeres emprendedoras enfrentan una situación particularmente desafiante. Los informes de Endeavor muestran que reportan mayores niveles de ansiedad, estrés y ataques de pánico que sus pares varones, y que casi la mitad considera que los sesgos de género presentes en el ecosistema agravan su carga emocional.

En un país donde cada vez más mujeres lideran startups tecnológicas, científicas y financieras, esta brecha plantea un desafío adicional para la sostenibilidad del crecimiento emprendedor.

Frente a este escenario, el ecosistema argentino comienza a dar señales de madurez al incorporar la conversación sobre salud mental como parte de la agenda estratégica.

Endeavor y otras organizaciones han dedicado este año esfuerzos en promover espacios de intercambio entre pares, programas de mentoría y acompañamiento, y una mirada más integral sobre el liderazgo emprendedor.

La evidencia recogida en los estudios sugiere que prácticas como el ejercicio regular, el descanso adecuado, el apoyo profesional y la construcción de redes de contención pueden reducir significativamente los niveles de burnout y mejorar el desempeño a largo plazo.

El desafío de fondo es cultural. Más de la mitad de los emprendedores encuestados señaló que todavía existe un estigma alrededor de la salud mental, que dificulta hablar abiertamente del tema y pedir ayuda a tiempo.

En un ecosistema que celebra el crecimiento acelerado, la tolerancia al error y la capacidad de resistir crisis, reconocer el agotamiento sigue siendo, para muchos, un acto incómodo. Sin embargo, los datos muestran que ignorar el problema tiene consecuencias concretas, tanto para las personas como para las empresas.

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