28 de diciembre 2024 - 08:00

Era una empresa exitosa, granó un récord Guinness y terminó fundida: la historia de Ormeño

La historia de Ormeño, una firma que dominó el transporte interprovincial y terminó en la quiebra tras años de éxito.

La empresa que revolucionó el transporte con buses de dos pisos y rutas internacionales, pero sucumbió a los errores de gestión.

La empresa que revolucionó el transporte con buses de dos pisos y rutas internacionales, pero sucumbió a los errores de gestión.

Ormeño fue una de las principales compañías de transporte de Perú, destacándose por su capacidad de expansión y su enfoque en la innovación. A lo largo de los años, logró rutas internacionales y una flota de vehículos de vanguardia. Sin embargo, la historia de esta exitosa firma terminó con una caída trascendental debido a malas decisiones y gestión.

En esta nota se repasa cómo esta empresa pasó de ser un gigante de su ámbito a terminar en la quiebra, enfrentando problemas financieros y críticas por su servicio.

Cómo fue la historia de Ormeño

La compañía comenzó en 1976 bajo la visión de Joaquín Ormeño Cabrera. Desde sus inicios, la firma se destacó por su capacidad de innovación, siendo pionera en traer a Perú los primeros buses de dos pisos en 1977. Esta inversión en tecnología fue solo el comienzo de una serie de movimientos estratégicos que consolidaron su posición en el mercado.

A lo largo de los años, este proyecto expandió su presencia a nivel nacional y luego internacional, con rutas hacia Chile, Colombia, Venezuela, Bolivia y Argentina. En 1996, la firma logró obtener un récord Guinness por ser la primera en operar buses de dos pisos en Sudamérica, lo que fortaleció aún más su reputación en el rubro.

ormeño buses.avif

Cómo terminó Ormeño en la quiebra

En 2011, la empresa comenzó a enfrentar problemas financieros graves. La Sunat detectó una deuda de 76 millones de soles, lo que provocó el embargo de varios bienes de la firma, incluidos vehículos y propiedades. Aunque se logró saldar la deuda, la crisis interna ya había comenzado.

En 2010, tras el retiro de Joaquín Ormeño Cabrera, su hijo Julio César Ormeño Malone asumió la presidencia. Sin embargo, bajo su liderazgo, la compañía comenzó a sufrir una serie de fallas en la gestión administrativa. La falta de inversión en la renovación de la flota de buses y el deterioro del servicio fueron factores clave que contribuyeron a la pérdida de competitividad.

A medida que otras empresas del sector comenzaron a ofrecer unidades más modernas y con mejores servicios, Ormeño no pudo mantenerse al nivel. Las quejas de los usuarios y los conflictos laborales empeoraron la situación, llevando a la firma a la quiebra.

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