La dinámica del mundo cambió y las empresas están recibiendo el impacto de esta coyuntura. Es prácticamente evidente que la globalización y la transformación digital impulsada con mayor énfasis desde el transcurrir del Covid-19 en los años 2020 y 2021 puso en relieve la capacidad de transformación de las organizaciones latinoamericanas y la de sus liderazgos.
¿Qué definiciones necesitan tomar los líderes de empresas a dos años de la pandemia?
La dinámica del mundo cambió y las empresas están recibiendo el impacto de esta coyuntura. Aún estamos a tiempo de realizar los cambios en el interior de las empresas que el contexto amerita.
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Actualmente estamos viviendo una etapa en la que se pueden observar las consecuencias de la presencia o ausencia de decisiones oportunas que hayan favorecido el crecimiento organizacional en este devenir. En muchos casos, aún estamos a tiempo de realizar los cambios en el interior de las empresas que el contexto amerita.
Me gustaría hacer una invitación a reflexionar sobre una pregunta que parece simple: ¿Cuáles son los modelos de negocios que conviven en tu empresa? Si el líder sigue contestando las mismas respuestas que repetía hace tres años atrás es posible que la empresa está en riesgo de sostenibilidad.
Es posible que en la mayoría de las situaciones se puedan distinguir al menos dos modelos de negocios que conviven en la misma organización: el “tradicional” con algunas enmiendas exigidas por la nueva realidad y un “nuevo modelo de negocios impulsado por el canal digital” apalancado en las nuevas posibilidades de acceso a la tecnología por parte de los clientes.
Si este diagnóstico empieza a hacer sentido en la cabeza del líder podemos pasar a la segunda pregunta: ¿Cuáles son los cambios realizados en la estructura organizacional, en el organigrama, para contar con la capacidad de satisfacer la necesidad de modelos de negocios distintos? ¿Se han redefinido los roles? ¿Los equipos saben, quieren y pueden llevar adelante estos nuevos desafíos?
Es común escuchar por estos tiempos la frase que me mencionó el director de una mediana empresa industrial “sabemos que las exigencias de nuestros clientes han cambiado y nos adaptamos a los cambios, estamos enfocados en lo que el cliente quiere. Incluso podemos tomar acciones para seguir creciendo en ventas, pero no entiendo que nos pasa, estamos desordenados, veo a la gente del equipo dispersa y desorientada, algo estamos haciendo mal”.
El “estamos desordenados”, “la gente del equipo está dispersa” son los síntomas y explorar si “contamos con un equipo preparado para dar respuestas a nuevos modelos de negocios distintos” es la clave. Si coexisten al menos dos formas diferentes de relacionarse con los clientes, es posible que se necesite frenar, pensar y redefinir los cambios internos que requiere la alineación de la estructura organizacional con las nuevas exigencias de la demanda.
Tal vez se siga vendiendo el mismo producto o servicio, pero la forma de hacer negocios ha cambiado simplemente porque uno de los atributos del modelo de negocios cambió. Si cambió el canal de comunicación y de relación con los clientes, implica que la empresa también necesita contemplar cambios en su propuesta de valor. En esta línea, al cambiar la propuesta de valor posiblemente se necesiten desarrollar nuevos aliados estratégicos, reformular nuevas actividades claves y redefinir roles dentro de la estructura organizacional. Ahora bien y en el paralelo a esta transformación ¿cuáles son los procesos y los indicadores, ratios, medidas de eficiencia de la gestión que se necesitarán analizar cotidianamente desde la dirección para tomar decisiones en este camino que se inicia?
En algunas ocasiones será necesaria la incorporación de personas con nuevas habilidades al equipo para ocupar roles hasta ahora impensados. En otras situaciones redefinir posiciones y responsabilidades dentro de la actual estructura. Estos cambios traen impactos directos en el clima interno, en los estados de ánimo, en la cultura organizacional en general. Es función del líder y la de su equipo de confianza estar preparados para acompañar estos procesos de transformación.
La excelente redefinición de los modelos de negocios o el diseño de un organigrama ideal en la notebook del líder puede verse e afectada por una deficiente comunicación y/o acompañamiento en el momento de la implementación; y desde otra mirada, es muy difícil generar cambios positivos en una empresa en donde no se valora el desarrollo de las personas, la cultura de protagonismo y la integración de los equipos que en muchas ocasiones ni siquiera conocen la misión, la visión y el propósito de la empresa en donde trabajan.
En función de los cambios constantes que transcurren en el contexto empresarial, más aún en la actualidad con el doble impacto de la globalización y el desarrollo de las tecnologías es indispensable considerar la profesionalización para la sostenibilidad. Ser constantes en el análisis de los modelos de negocios, la incorporación de nuevas capacidades técnicas y en trabajar en el fortalecimiento de las “soft skills” que hacen a la cultura de protagonismo y adaptabilidad que toda empresa requiere. La dinámica empresarial cambió ¿está preparada la empresa y su líder para esta transformación?
Coach de líderes y equipos. Autor del libro y Director de Dar Comienzo. Profesor de liderazgo en la UADE.
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