La pausa de 90 días en la guerra comercial entre EEUU y China trajo algo de alivio a los mercados, que iniciaron la semana con fuertes subas. La rápida desescalada redujo el riesgo de recesión, aunque persiste la incertidumbre sobre si se logrará un acuerdo estructural al término de este período. ¿Cómo conviene reposicionar las carteras en este nuevo escenario?
Aranceles de Trump: los mercados celebran la tregua comercial, pero persiste la cautela
La pausa de 90 días en la guerra comercial entre EEUU y China trajo algo de alivio a los mercados, que iniciaron la semana con fuertes subas.
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El escenario base del mercado proyecta que la tasa arancelaria efectiva se ubique cerca del 15% hacia fin de año.
Los mercados globales iniciaron la semana con fuertes ganancias tras el anuncio de una tregua arancelaria de 90 días entre Estados Unidos y China. Ambos países acordaron recortes significativos: EEUU reducirá los aranceles sobre productos chinos del 145% al 30%, mientras que China bajará los suyos del 125% al 10%. El acuerdo apunta a descomprimir las tensiones comerciales e incluir un mecanismo de diálogo continuo para evitar nuevas escaladas.
La medida se produce en un contexto político y fiscal desafiante para la administración Trump. Diversas demandas judiciales comenzaron a cuestionar la legalidad de los aranceles decretados bajo la Ley de Poderes Económicos de Emergencia de 1977. En paralelo, la presión del mercado de bonos —con subas marcadas en los rendimientos del tramo largo de la curva— forzó una desescalada, primero con la mayoría de los socios comerciales clave, y ahora con China.
En este marco, el escenario base del mercado proyecta que la tasa arancelaria efectiva se ubique cerca del 15% hacia fin de año, desde niveles cercanos al 25% alcanzados tras el anuncio de tarifas recíprocas en abril. Esto representaría un salto de 12,5 puntos porcentuales frente al 2,5% promedio de 2024. En términos macroeconómicos, el efecto sería comparable a una suba del IVA del 2%, con presiones inflacionarias de corto plazo y una leve desaceleración del crecimiento, aunque sin llegar a una recesión, como varios bancos comenzaban a descontar semanas atrás. La rápida desescalada del conflicto reduce los riesgos de recesión, pero aún persiste la incertidumbre. Será clave monitorear el impacto que tuvo el shock arancelario sobre las decisiones de consumo e inversión, así como el efecto de los gravámenes ya aplicados sobre los flujos comerciales. Los riesgos latentes permanecen, especialmente si no se avanza hacia un acuerdo estructural una vez superada esta tregua de 90 días.
Desde la óptica de inversión, el menor riesgo de recesión abre una ventana táctica para sumar duration en bonos corporativos de alto rendimiento, pero priorizando emisores con bajo nivel de endeudamiento y sólidos flujos de caja. La ampliación reciente de spreads en este segmento ofrece una oportunidad para capturar retornos atractivos sin asumir un deterioro significativo en la calidad crediticia. En renta variable, recomendamos seguir subponderando la exposición concentrada a Estados Unidos y el sector tecnológico, que domina la composición del MSCI Mundo. Vemos valor en una estrategia que favorezca la diversificación regional y con foco en sectores con menor ponderación en el índice global pero con buenos fundamentos y valuaciones relativas atractivas como el sector financiero, utilities y ahora, tras las fuertes bajas, el de energía.
En el plano cambiario, se proyecta una debilidad progresiva del dólar, lo que habilita una mayor diversificación hacia monedas como el euro, yen japonés y libra esterlina, en línea con el reequilibrio de flujos globales.
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