La BBC de Londres (27/6/2017) lo explicó así: Le dicen “la bicicleta financiera”. Es la operación con las que los inversionistas se aprovechan de un sistema de ajuste basado en controlar la inflación con altas tasas de interés. Anda bien. Tiene las ruedas infladas, la cadenilla aceitada y un cómodo sillín de cuero. Pero quizá se quede sin frenos.
¿Por qué no hay dólares en la Argentina?
"La bicicleta financiera" es una operación con las que los inversionistas se aprovechan de un sistema de ajuste basado en controlar la inflación con altas tasas de interés. Banqueros e inversionistas han estado pedaleando fuerte en la Argentina de Mauricio Macri.
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Es la llamada “bicicleta financiera”, una enorme operación de cambio de dólares y pesos con la que banqueros e inversionistas han estado pedaleando fuerte en la Argentina del ex empresario y actual presidente Mauricio Macri. Todo ello gracias a un sistema cambiario flotante y la posibilidad de sacar provecho de una alta tasa de interés que es única en el mundo. El gobierno niega la existencia de la bicicleta: dice que el sistema cambiario que creó en realidad reduce el atractivo de la especulación con la moneda.
Sin embargo, medios de comunicación, economistas y, sobre todo, críticos de Macri denuncian una “fiesta financiera” que al parecer favorece a los “lobos de Wall Street” a costa de trabajadores y consumidores de clase media…
La gestión de Mauricio Macri estuvo marcada por medidas que favorecían el endeudamiento y la fuga de capitales, a costa de la industria nacional y los intereses del país. Durante los cuatro años que duró el experimento de Cambiemos, un grupo de empresarios se vio beneficiado por la facilidad para sacar plata de Argentina. Cristiano Ratazzi, Nicolás Caputo, Héctor Magnetto, Paolo Rocca, Luis Pagani y Marcelo Mindlin son algunos de los empresarios que forman parte del selecto grupo titulado “Los 100 de Macri”, donde figuran quienes fugaron grandes sumas de dinero entre 2015 y 2019. (infobaires24.com.ar, 24 de mayo, 2020)
Por dos años les prestaron más de u$s106.000 millones, esto permitió financiar abultados déficits gemelos, y una extraordinaria demanda de dólares para atesoramiento. Todo era una fiesta hasta que sobrevino el “sudden stop” (Guillermo Calvo), o freno repentino de los flujos de capitales externos. La causa central del “sudden stop” y de la pérdida de confianza de los inversores fue el plan económico. No se trataba de una crisis sistémica, la Argentina fue el único país de la región que tuvo una crisis financiera y cambiaria. Se cortó el financiamiento y la Argentina ingresó en crisis financiera y cambiaria, dada la alta vulnerabilidad macroeconómicaa la que fue expuesta.
Los déficits gemelos en dos años tocaron el récord de 11 % del PBI (máximo en 35 años). Aumentó la dependencia del financiamiento externo, mientras se acentuó el atraso del tipo de cambio real; luego, desde el 24 de abril al 4 de septiembre (2018) la devaluación fue 94 %. En 8 meses (109 %). El riesgo país se disparó a más del doble y por supuesto, no se redujo la inflación. El stock de LEBAC creció de manera exponencial, hasta alcanzar con los pases el equivalente de u$s 80.000 millones. Terminaron en el FMI y recibieron un dadivoso préstamo por u$s 50.000 millones, luego pedirían u$s 7.500 más de calificación, pero las expectativas no se cumplieron: el riesgo país no bajó, el mercado de capitales no se reabrió y el programa del gobierno comenzó a generar pánico.
Hubo que recurrir al FMI para evitar una crisis que se llevara puesto al Gobierno por caer en default en 2018. La Argentina logró un préstamo del FMI por u$s 50 mil (11 veces su cuota) en tiempo récord, con apoyo político de Donald Trump. La intención del FMI fue respaldar los pagos de deuda privada, especialmente de entidades estadounidenses, pero no alcanzaría para cubrir la totalidad de las obligaciones financieras del Gobierno Nacional, el déficit primario y los vencimientos de la deuda, hasta el final del mandato del ex presidente. En solo un mes pidieron una ampliación de calificación hasta u$s 57.500 millones. Tras el anuncio de una serie de medidas, se elevó la tasa de interés, con u$s 5.000 millones ofrecidos diariamente por el BCRA a $25. Nada paró la fuga de divisas.
A esta altura existen versiones que lo de las supuestas subastas fueron simulaciones de intentos para detener la corrida cambiaria. En realidad, no era más que una excusa para garantizar rentabilidad, entregando dólares a $25. Amigos son los amigos.
Un plan económico que aumentó la vulnerabilidad
El mayor déficit fiscal fue financiado con deuda externa. La política monetaria de metas de inflación llevó a la imposición de altas tasas de interés para desinflar la economía, en un contexto de libre flotación del tipo de cambio planchado. El ingreso de capitales para financiar el déficit fiscal y el ingreso de capitales financieros, atraídos por la alta tasa de interés, acentuaron el atraso del tipo de cambio real. El peso se apreció ridículamente. Se desplomó la demanda por bonos domésticos y otros activos, incluyendo la demanda por moneda local.
Conclusión: cerrados los mercados de capitales, “desde 2018 faltan dólares”. El exceso de demanda de divisas sobre la oferta empujó a más del doble el alza el tipo de cambio en menos de 9 meses. Se perdieron reservas por más de u$s 22.000 millones en 7 meses y más de u$s 23.000 en los primeros 9 meses 2018. En julio de 2018, la demanda de dólares fue de u$s 8.100 millones. La oferta de dólares fue de apenas u$s4.900 millones, (-42 %) menos respecto del año anterior. Hubo una carencia de u$s 3.160 millones. Para cubrir el Tesoro se vendieron u$s 3.160 millones (u$s 2.000 millones a través de las “subastas diarias” y el resto vía BNA). Por el lado de la demanda de dólares, sobresalieron anexiones en julio 2018: la demanda privada de divisas para atesoramiento de u$s 3.351 millones (+35.4% respecto a 2017) acumuló hasta julio-en solo 7 meses- u$s 22.148 millones (+101% contra 2016); demanda de dólares para el pago de importaciones de u$s 3.728 millones, y demanda de dólares para viajes y turismo de u$s 651 millones. La FAE (Formación de Activos Externos) fue 2 y ½ veces superior al promedio mensual registrado en 2017, que ya había sido el año de mayor fuga de capitales desde 2008 (año de la crisis de Lehman Brothers).
Casi se triplicó la fuga de capitales del ultimo año de Cristina Kirchner (2015). El último Gobierno de CFK tuvo fuga de u$s 3.400 millones en 2012, u$s (-397) millones en 2013, u$s 3.248 en 2014 y u$s 8.500 en 2015. Apenas asumido el Gobierno de Macri con Prat Gay y Sturzenegger se fugaron u$s 9.950 millones, superando a CFK en más de 17%.
Se desplomó el interés por "Macriland Bonds"
Los tenedores de bonos identificaron la fragilidad de la política económica del Gobierno. Los países que más sufren si sobrevienen cambios en el contexto externo suelen ser los que 1) tienen deuda en dólares, 2) pocas reservas, 3) alto déficit de cta. corriente, 4) importan energía y 5) carecen de credibilidad en su política monetaria y de independencia del su Banco Central. ¡Bingo! Además, no se sabía si el presidente tendría la convicción de cumplir el Acuerdo con el FM, ni cómo se terminarían utilizando los u$s 7.500 millones del primer desembolso. El Gobierno de Cambiemos llevaba 27 de 30 meses con caída del consumo. El CFTEA (Costo Total Equivalente Anual) con IVA para el descubierto era 171.37 % y, 141.63 % sin IVA, con una inflación estimada a principios de año en 12% que tocó alrededor de 48% a final del año. La tasa real positiva inconcebible, cerró miles de empresas.
¿Qué estaba pasando?
El Acuerdo con el FMI(adelanto de desembolsos del FMI + déficit primario “0”) no ayudaron a disipar dudas. Los anuncios del ministro dejaron un altísimo disgusto, porque no parecía tener un claro un faltante de u$s 3.000 millones de dólares por mes en el mercado cambiario. El escenario seguiría siendo de alta incertidumbre hasta el día final, e hizo que se profundizara la recesión y se acelerara la inflación. No había un diagnóstico claro. El gobierno pensaba que al garantizar los pagos de la deuda externa en 2019 aplacaría el deseo de dólares, pero no fue suficiente, los “amigos del mundo” querían huir.
“El mercado” esperaba más por el lado de reducción de gastos. Se descartaron medidas heterodoxas como restricciones cambiarias o impuesto al turismo, que hubiesen tenido mucho sentido, ya que en 2019 tuvieron que reinstalar “el cepo”. El FMI solicito un fuerte ajuste fiscal, porque las devaluaciones habían extendido el perfil de riesgo de solvencia fiscal.
El trilema
El BCRA de Sturzenegger como los Bancos Centrales tienen tres objetivos principales: (i) el control de la tasa de cambio, (ii) el mantenimiento de la autonomía monetaria y (iii) la apertura para entrada y salida de capitales. El Trilema de la política monetaria, muestra que es imposible conseguir los tres objetivos al mismo tiempo y que sólo es viable lograr dos de ellos, basándose en los trabajos de Robert Mundell y Marcus Fleming.
Cada objetivo plantea diferente importancia. El control de la tasa de cambio permite el logro de propósitos de comercio exterior en el corto plazo. La autonomía monetaria mantiene el poder del BCRA para controlar la tasa de interés y así lograr metas a nivel de agregados monetarios e inflación. Y, el hecho de permitir una economía abierta con libre flujo de capitales, facilita las inversiones extranjeras y la captación de recursos. Con omisión de la ruta a tomar, siempre hay que renunciar a uno de los tres puntos, tomando una postura de política monetaria consistente con los otros dos objetivos seleccionados. ¿Alguien cree que Sturzenegger, Prat Gay y todo el resto del equipo económico ignoraba El Trilema?
Falsos economistas
¿Que lleva a las corporaciones y banqueros a apoyar a los falsos economistas?
- Dicen siempre lo que quieren escuchar los empresarios y los banqueros.
- Hacen lo que les piden que hagan quienes les promueven.
Los falsos economistas ganan fama y dinero por decir en un congreso, y en casi todas las radios, portales y TV, lo que quieren escuchar los banqueros y empresarios, acicalados con sarcasmos. Pero esos falsos economistas no son inofensivos, apartan a todo el resto de la ciudadanía de la verdad.
Después del escandaloso “carry trade” que le costó al país u$s 86.000 millones-solo en fuga de dólares-, quienes contratan a esos profesionales demuestran a las claras que fueron y siguen siendo tan responsables de la tragedia del dólar, tanto como ellos.
(*) Profesor de Posgrado UBA y Maestrías en universidades privadas. Máster en Política Económica Internacional, Doctor en Ciencia Política, autor de 6 libros. @PabloTigani
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