9 de septiembre 2008 - 00:00

''Hasta la izquierda dice que hay mucha intervención''

La velocidad de la inflación ya no puede ser revertida sin un enorme costo en términos del producto y del empleo, algo políticamente impensable, sostuvo Lawrence Krohn.
"La velocidad de la inflación ya no puede ser revertida sin un enorme costo en términos del producto y del empleo, algo políticamente impensable", sostuvo Lawrence Krohn.
«Incluso los economistas que están más a la izquierda del Consenso de Washington encuentran que el intervencionismo argentino es excesivo.» Con esa frase el economista experto de Wall Street Lawrence Krohn sintetizó la visión que distintos analistas tienen desde Estados Unidos respecto de las medidas adoptadas por el gobierno.

En diálogo con este diario, Krohn explicó que la caída de los precios de los commodities que la Argentina exporta seguirá en los próximos meses, lo que afectará de manera negativa a las exportaciones pero tendrá un lado positivo: una moderación en la inflación. Sin embargo señaló que «la velocidad de los incrementos de precios ya no puede ser revertida rápidamente sin un enorme costo en términos del producto y del empleo, lo que es políticamente impensable».

Luego de trabajar varios años en Wall Street en distintos bancos como Lehman Brothers y UBS, Krohn ahora se desempeña como profesor de la Fletcher School en la Tufts University, del estado de Massachussets.

Periodista: ¿Por qué el anuncio de pagar al Club de París no provocó una buena reacción en los mercados?

Lawrence Krohn: La decisión de cancelar con el Club de París no implicó un esfuerzo deliberado de evitar un nuevo examen del FMI. Como resultado, el impacto en los inversores externos o en el acceso a los mercados de deuda para la Argentina-debería ser reducido.

P.: ¿Cómo ven a la Argentina en Estados Unidos, en comparación con otras economías emergentes?

L.K.: A pesar del imponente crecimiento argentino de los últimos cinco años, el manejo económico del país todavía es tomado con un poco de escepticismo. La manera en la que Argentina resolvió con sus acreedores es lamentada enormemente. Además, las fuertes dudas sobre la calidad de los datos de inflación oficiales persisten. Incluso los economistas que están más a la izquierda del tristemente célebre Consenso de Washington, es decir, los que aceptan el importante rol del Estado como compensador de las imperfecciones del mercado, encuentran que el intervencionismoargentino es excesivo.En particular, la decisión de poner impuestos a las exportaciones no es admirada como política, entonces, cuando se intensificó algunos meses atrás, los observadores norteamericanos informados tendieron a simpatizar con el sector agraviado, no con el gobierno. Finalmente, las alianzas argentinas con los gobiernos latinoamericanos son percibidas como hostiles hacia Estados Unidos.

P.: Luego de los niveles récord alcanzados por los granos y por el petróleo, ¿cómo cree que se comportarán en los próximos meses?

L.K.: Dado que la disminución en la demanda interna de Estados Unidos se va a intensificar durante el resto del año y que además ahora se propagó a varias otras regiones y países que alguna vez se pensaron resistentes, parece virtualmente inevitable que la mayoría de los precios de los commodities, lo que incluye al trigo y a la soja, continuarán su caída en los próximos meses. Dudo ligeramente respecto del petróleo, sólo porque las naciones productoras -especialmente la OPEP- podrán decidir frenar la oferta para compensar la baja en la demanda.

  • Caída de precios

    P.: La Argentina tiene una gran dependencia de la exportación de granos, como de la soja, ¿cómo esta disminución afectará a la economía del país?

    L.K.: Lo hará sobre todo de manera negativa, a través de la caída de los precios de las exportaciones y por las presiones a la baja del peso (que afectarán los ingresos reales) que se darán como resultado del menor crecimiento nominal de las exportaciones. Por el otro lado, dejando de lado el efecto del peso, la inflación se va a moderar un poco debido a que los argentinos consumen (de manera directa y también procesada) los mismos bienes que exportan.

    P.: ¿Qué medidas habría que tomar para morigerar las presiones inflacionarias?

    L.K.: Las expectativas de inflación son altas en la Argentina, que fueron incorporadas a las demandas salariales. Entonces ahora, aunque la política monetaria es más estricta que cuando la inflación se estaba acelerando, la velocidad de los incrementos de precios ya no puede ser revertida rápidamente sin un enorme costo en términos del producto y del empleo, que es políticamente impensable. Una desaceleración gradual (y bien difundida) en el crecimiento de los agregados monetarios y las ventas periódicas de reservas internacionales para contrarrestar las abruptas pero temporarias presiones a la baja del peso son respuestas apropiadas a la excesiva inflación, y ambas se están poniendo en marcha. Además la desaceleración global va a ayudar, por supuesto, pero eso es exógeno.

    P.: Con la inflación, el peso perdió competitividad y es uno de los pilares del modelo económico actual. ¿Qué se debe hacer respecto del tipo de cambio?

    L.K.: La estabilidad del peso desde mediados de junio tiene dos propiedades deseadas: ayuda a contener la inflación de los bienes exportables (especialmente ahora, que el dólar se aprecia) y, mientras que el público crea que es sostenible, reduce la incertidumbre y por lo pronto lleva a una toma de decisiones menos inhibida. Pero la fuerte demanda de manufacturas argentinas desde el exterior ( especialmente de autos desde Brasil) combinadas con el crecimiento robusto de la demanda interna ayudaron a ocultar el hecho de que el costo de la mano de obra argentina, expresada en dólares, estuvo en alza durante años. Con la demanda global e interna ralentizándose y el dólar apreciándose respecto a la mayoría de monedas del mundo, la pérdida de competitividad argentina se volverá más aparente y dolorosa. Esto da razones para un peso más debilitado, aunque el Banco Central argentino puede elegir controlar la trayectoria para minimizar los efectos adversos en la inflación y en la toma de decisiones.

    P.: ¿Seguirá creciendo la Argentina como en los últimos años?

    L.K.: El crecimiento del producto ya se está debilitando y el empleo se reduce como porcentaje de la población. Esta tendencia se va a intensificar debido al menor crecimiento de la demanda global que mencioné y a la baja en la confianza (tal como la miden los índices de FIEL y de la Di Tella). La política monetaria más estricta está haciendo una pequeña contribución, aunque con las tasas de interés reales todavía negativas o apenas positivas, no debemos considerarla como un factor principal.

    Entrevista de María Iglesia
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