26 de octubre 2022 - 13:08

¿Para qué Macri?

Mauricio Macri, expresidente. 

Mauricio Macri, expresidente. 

- ¿Para repetir la historia de Macri, De la Rúa y Martínez de Hoz? - Esa capacidad adquirida de establecer temores, se ve plasmada en el libro. La imperiosa necesidad de establecer austeridad en el gasto social, volver al mundo, o lo que es lo mismo: “pedir prestado”, fueron instrumentos decisivos en la arquitectura de lugares comunes, desde donde se construyeron los relatos que articularon la hegemonía ideológica y cultural del poder neoliberal que nos llevó de u$s 6.800 millones de dólares de deuda (1975) a u$s 344.000 (2019). La deuda se multiplicó más de 50 veces en 44 años. Y por supuesto, fue contraída por el neoliberalismo, ya que a los Gobiernos populistas no les presta nadie. “Se caen del mundo.”

El peso que han adquirido los organismos económicos internacionales, las universidades estadounidenses y sus egresados para homogeneizar un discurso político que desnaturalizó y tergiversó sistemáticamente los hechos políticos y económicos, intensificaron también el fenómeno en toda la región latinoamericana, en los noventa.

Lo insólito es el modo en que los medios y los académicos ignoraron lo que escribían sus colegas progresistas, antes de las catástrofes. Progresista nos refiere fundamentalmente a las presidencias de los presidentes republicanos: Theodore Roosevelt (1901-1909) y, el demócrata Woodrow Wilson (1913-1920). Recuerde “progresista” no significa socialista ni comunista, sino un marco teórico capitalista con mayor justicia social.

El neoliberalismo machacó su receta tanto, hasta el punto de considerar raro todo otro espacio de opinión. Así llegan a introducir el “pensamiento único” (Ignacio Ramonet) incentivando universidades, alumnos y redacciones de medios a no tener en cuenta en absoluto, ningún otro marco teórico capitalista.

¿PARA QUE 2001 Y 2018?

Ya en 2001, lo más preocupante fue cómo el relato neoliberal hizo callar al FREPASO (miembro del gobierno de la ALIANZA) desaconsejándole enfrentarse contra la tecnocracia neoliberal. El FREPASO (progresista) propició el retorno de Domingo Cavallo al ministerio de economía de la Nación. Sabemos ahora por los archivos, que también fue avalado por los grandes medios que apoyaban una batería de leyes, decretos y normativas. Parece lógico pensar que, por encima de la fantasía, la realidad debería haberse abierto paso, pero eso no sucedió hasta que la crisis provocó el estallido social de diciembre de 2001 o la corrida al dólar de 2018-2019. Ese es el riesgo ¿Para qué Macri?

De no ser por la asistencia del FMI, hubiéramos tenido un segundo estallido social en 2018, default, crisis financiera, hiperdevaluación e hiperinflación como avisaban aun desde la derecha alternativa: Milei y Espert. Y, hasta el eterno Juan Carlos De Pablo.

Luego de la crisis de 2001 emerge un relato alternativo y, sobre todo, sabemos qué tuvo capacidad de ser coherente y de articularse políticamente. La experiencia argentina parecería mostrar que no alcanzan las instituciones cuando se deslegitima la representatividad política. Lo que puede denominarse “crisis argentina de 2001” fue en realidad un conjunto de crisis de diferente índole que ocurrieron al mismo tiempo, y que en muchos casos se reforzaron unas a otras (Gervasoni), muy parecidas a la de 2018/2019, si no hubiera sido por el FMI. Crisis económica (agravamiento de la recesión), crisis financiera (huida de capitales, explosión del riego-país)… Gervasoni hace mención exhaustiva de sucesos del Estado (2001), no tanto de sus costos y sus actores específicamente, pero podemos agregar que; por ejemplo el “Megacanje” se realizó a una tasa del 15% en dólares, y los propulsores de la negociación eran-reconocidos técnicos de Fundaciones financiadas por empresas privadas, como FIEL, Fundación Mediterránea o ex gerentes de Banco (el equipo de colaboradores de Cavallo eran: Federico Sturzenegger, Jorge Baldrich, Guillermo Mondino, Daniel Marx-Vice Ministro-) quienes tuvieron una activa participación, imponiendo un plan denominado “Regla de Déficit Cero”, que comprometía al país con el FMI, la banca de inversión internacional y los tenedores de bonos a una política de austeridad extrema.

Antes pasaron por el gabinete De la Rúa: López Murphy, Artana, Solanet, (FIEL) y, en la secretaria de inteligencia el presidente del Banco de Crédito Argentino, Fernando De Santibáñez. Gervasoni luego pasa directamente a la declaración formal del default, cuando de facto, ya se había producido al incumplir compromisos y extraer en forma compulsiva dinero de las AFJP, primeramente, privatizadas. Dice entonces Gervasoni: El Estado se quedó sin financiamiento de los mercados voluntarios y, luego de recurrir a mercados especiales (primero una ayuda del FMI en septiembre y luego a la apropiación de una creciente proporción de los fondos de jubilación locales) que le permitieron postergar el default por unos meses. Mauricio Macri lo emuló, pero con muchísima más suerte y menor calidad de sus técnicos. En 2001se declaró la suspensión de pagos de la deuda pública a partir de fines de diciembre, con el Gobierno de Macri-Dujovne-Lacunza, en agosto de 2019, en que se (reperfiló compulsivamente) o defaulteó, el pago de los títulos en pesos.

La cesión del poder político a la lógica tecnocrática de las finanzas, ha tenido una incidencia decisiva en el devenir de la crisis argentina de 2001 y 2018, fundamentalmente al seguir las recomendaciones que “establecían los organismos multilaterales de crédito” y las “mejores prácticas de mercado; entendiendo que los legítimos responsables políticos, delegaron en funcionarios del ministerio de economía las decisiones políticas, y a su vez estos últimos, aceptaron la totalidad de las imposiciones del mercado financiero internacional y luego las condicionalidades del FMI. Podríamos agregar un epifenómeno donde se apoye la idea que los funcionarios argentinos del ministerio de economía-quienes en marzo de 2001 llegaron a recibir “plenos poderes” del Congreso-, no hicieron lo suficiente para preservar los intereses locales. En 2018 los funcionarios del ex presidente Macri podrían haber hecho lo mismo, con la salvedad que ni siquiera votaron en el Congreso. Incumplieron todos NO ejerciendo los derechos soberanos de establecer las propias políticas públicas, que incluyen aspectos económicos, sociales e internacionales, más bien podría ser que sus decisiones hayan coincidido con las imposiciones externas e internas de la biósfera ideológica y política internacional.

TAL VEZ AHORA QUIERAN VOLVER A LEGISLAR

Fue la expedición de la denominada “Ley convertibilidad” que reglamento el fenómeno político económico que le dio significación al neoliberalismo local, pero lo hizo en términos de legalidad frente a la ciudadanía-a diferencia de Macri en 2018-, estableció Cavallo las condiciones previas para iniciar un proceso de privatizaciones y apertura de los mercados nunca antes visto, creando una estructura institucional de apoyo, reiterando una vez más la eficacia simbólica de las leyes y la dominancia ideológico-tecnocrática, en contraposición con la aguda brecha social que se iría consolidando y finalizaría con una crisis financiera e institucional (Stiglitz). El estallido social de 2001 puede repetirse en 2024, en magnitudes inconmensurables. Así - ¿Para qué? - Podría ser la estrategia de la Doctrina del shock” (Naomi Klein)

Cobra otra vez relevancia el concepto “liberalizador” de las políticas públicas que propone Macri, otrora orientadas desde las administraciones Videla, Menem, De la Rúa, y Macri mismo, con tratamiento forzado hacia el Congreso para converger con los postulados del decrepito Consenso de Washington y aquellos organismos multilaterales de crédito de los noventa.

Las causas del desplazamiento del poder político hacia las finanzas-manejadas por representantes de corporaciones privadas o consultoras como “Toto” Caputo, Miguel Kiguel, Daniel Marx, amigables con los organismos multilaterales de crédito trabaja para las instituciones públicas emitiendo títulos, y luego en otros tiempos lo hacen para las corporaciones privadas, afirmados en el establishment por el sector más conservador, lo mismo que la UCR (desde Alfonsín hasta la fecha). Las diferentes formas y metodologías de apremiar a un país, a riesgo de caer en conflictos sociales y económicos, muchos de los cuales paradójicamente, son la consecuencia de aplicar este tipo de políticas públicas, son las propuestas anunciadas en el libro de Avelluto-Macri.

Recuerde que ser un país que no acata las recomendaciones del FMI y las “mejores prácticas del mercado”, tiene una serie de implicancias que afectan todas las esferas de garantías de derechos. En principio, el hecho de ser despojado del crédito internacional, del cual no puede prescindir totalmente ningún país políticamente organizado y, mucho menos la Argentina. Maxime, desde que Macri la deja enganchada con u$s 100.000 millones más, sin oportunidades de enfrentar una reversión pacífica. No hay posibilidades de pelear porque un enfrentamiento con el FMI, lo termina pagando el pueblo, no habiendo masa crítica para encarar una protesta consensuada. Asimismo, el libro ¿PARA QUE? Es un folleto iterativo de cientos de panfletos semejantes. Implica la irrupción de la posesión intelectual, constituida por redes neoliberales, con una visión del mundo previa a 2008, y de la vida existente, muy lejanos a otros sistemas de interpretación de la realidad.

Con la visión de desplazar la democracia popular (populismo) impulsando el predominio neoliberal, el libro Avelluto-Macri articula una gama de medidas que profundizará la perspectiva temática de Videla-Martínez de Hoz, Menem-Cavallo, De la Rúa-Cavallo y Macri “primer tiempo.”

Si llegara a plasmarse, la detonación puede ser aún más rápida y feroz que 2001. El mismo Macri reconoció a la pregunta de que puede haber muertos, expresando que los lideres tienen que afrontar las situaciones.

Macri (2018-FMI), ni siquiera tuvo en cuenta un debate previo en el Congreso, haciendo otro estropicio de los poderes de la República y las instituciones. Fue en ese escenario que la estructura local del gobierno, hizo énfasis en apurar las normativas locales, para responder a las exigencias del FMI. Eso requiere una revisión pendiente del juicio de la historia, ya que el FMI también actuó de un modo altamente sospechoso y furtivo.

Las medidas de políticas públicas extremas, ya demostraron que jaquean la gobernabilidad y conducen más tarde al desenlace de una crisis, que da cuenta de la situación del desplazamiento del poder político al denominado “entorno neoliberal”. Con Macri, la caída de su imagen pública fue reflejada por todas las consultoras, incluyendo la mayoritaria, encuestadoras amigables.

Se ha tratado así de reconstruir e identificar las potencialidades involucradas en las crisis de 2001 y 2018 (las más cercanas).

A esta altura podría derivar una hipótesis que plantee, en qué medida, la cesión del poder político a Mauricio Macri, asumiría otra experiencia decepcionante; entendiendo que el verdadero poder, delegó en el ex presidente, la economía, los negocios, los acuerdos y, a su vez, Macri cosechó que las empresas redujeran su valuación en dólares al 50%, sin contar que destacados accionistas pasearan por tribunales. Una hipótesis secundaria de las calamidades: De la Rúa y Macri, deberían inducir a la ciudadanía la profundización de la investigación, para determinar en qué medida con Macri y De la Rúa existió un epifenómeno donde se podría apoyar la idea que los funcionarios argentinos que ejercieron un poder napoleónico (Cavallo y Macri), en ambos casos no hicieron lo suficiente para preservar los intereses de la población, ni ejercer los derechos soberanos.

Profesor de Posgrado UBA y Maestrías en universidades privadas. Máster en Política Económica Internacional, Doctor en Ciencia Política, autor de 6 libros. @PabloTigani

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