Negativo, negativo, negativo
Aunque el gobierno consiguió mantener el superávit fiscal por encima de 3,5% en 2006, se encendieron varias luces amarillas. Una de ellas es la suba del gasto a nivel nacional, pero sobre todo, el deterioro de las finanzas en las provincias, muchas de las cuales ya están ingresando en una zona de peligroso déficit. Esto es lo que alerta el artículo del economista José Luis Espert, en respuesta a la nota que ayer publicó Orlando Ferreres.
Incluso en 2004, el resultado global (después del pago de intereses) fue superavitario en 3,5% del PBI, número difícil de encontrar, por lo bueno, a lo largo de nuestra historia económica. Sin embargo, y a pesar de un aumento de la recaudación de $ 64.700 millones entre 2005 y 2006 (50%), el superávit fiscal consolidado del año pasado cayó a 1% del PBI porque el gasto público creció $ 73.700 millones (65%) ¡en sólo 2 años!
De esta «lluvia» de gasto público no hay ningún funcionario del gobierno de Kirchner que diga una sola palabra. Ellos sólo hablan de los 3,5% del PBI de superávit primario de la Nación en 2006 y «dibujan», para el mismo año, un resultado primario superavitario en las provincias de 0,4% del PBI.
La cifra realista en este último caso sería un déficit de 0,3% del PBI ¿Las razones? Por un lado, en el primer semestre (dato oficial), el gasto provincial creció a 32% anual. Por otro, gran parte de sus ingresos en el segundo semestre hoy ya están jugados porque contamos con el resultado oficial del fisco federal de donde surgen las transferencias nacionales (60% de los ingresos provinciales). Finalmente, de muchas provincias ya se conoce también el cierre de la recaudación de impuestos locales de la segunda parte del año pasado.
De esta manera, para obtener el resultado global provincial de 2006 sólo falta estimar el gasto público del segundo semestre. El superávit primario «oficial» de 0,4% implicaría un crecimiento del gasto entre julio y diciembre del año pasado de sólo 20% anual ¡12 puntos porcentuales menos que en el primer semestre, que ya es una cifra oficial! No existe.
Además, el resultado que realmente importa por su relevancia macro es el del consolidado de Nación más provincias.
Aun bajo el supuesto de que la economía crecerá 8% en 2007 y sin acelerar el aumento del gasto público global respecto de lo observado hoy (lo que es conservador en un año de elecciones presidenciales), o sea asumiendo que crece a 28% anual, desaparecería casi por completo el superávit fiscal después del pago de intereses (incluyendo el cupón atado al crecimiento). El 70% del superávit primario (3,0% del PBI) de Nación se gastaría en intereses (2,0% del PBI) y las provincias tendrían un déficit primario de 0,8% del PBI. El excedente fiscal terminaría en sólo 0,2% del PBI.
Por su parte, el gasto público global en dólares, que en medio de la crisis de 2002 había caído a 24.200 millones ( desde 79.000 millones en 2001), este año ya podría situarse muy cerca de los niveles previos al colapso de la convertibilidad, al alcanzar los 76.000 millones.
Una tercera manera de ver la irresponsable política fiscal del gobierno de Kirchner consiste en tener en cuenta que en 2001, año en el que colapsaría la convertibilidad, el déficit fiscal llegó a 5,4% del PBI. Esta cifra se podría haber transformado en equilibrio fiscal si se hubieran ahorrado la caída del gasto primario en 2002, de 2,9% del PBI, y la baja de los intereses por 2,5% del PBI debido a la reestructuración de la deuda pública. Y si se le hubieran agregado el aumento del impuesto al cheque (0,8% del PBI), la reaparición de las retenciones a las exportaciones (2,2% del PBI), la suba en Ganancias (2,3% del PBI), la del IVA (1,9% del PBI) y de los demás impuestos (0,3% del PBI) tendríamos hoy un superávit de 7,5% del PBI ¡después del pago de intereses! Y pensar que estamos yendo a equilibrio fiscal.
Con un caudillo populista y clientelista como Kirchner de presidente, que cada voto que consigue lo compra en las provincias con el superávit del gobierno federal, hoy más que nunca carece de sentido poner el foco solamente en el resultado fiscal del gobierno central. Hay que consolidarlo con el de las provincias y agregar los intereses que ya comenzaron a crecer por el ajuste con CER de la deuda pública, el cupón atado al crecimiento y la colocación de bonos a precios de mercado a Chávez.
Y cuando hagamos la cuenta de esa manera, llegaremos a la conclusión de que la única diferencia que hay entre el modelo productivo y cualquier otro plan económico (previo) en materia fiscal no es la prudencia para gastar, sino la voracidad a la hora de recaudar. El problema es que el gobierno se ha quedado con poco margen para aumentar impuestos ante algún problema fiscal en el futuro. Alguna dificultad ya nos hemos comprado.
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