24 de octubre 2006 - 00:00

"Se minimiza inflación y se ahuyentan inversiones"

«Sería necio negar el buen desempeño del esquema económico del gobierno», sostiene Jorge Albanesi, economista de FIEL, quien no soslaya los factores negativos como la falta de inversión, los controles de precios, las presiones sindicales y los problemas energéticos. En diálogo con Ambito Financiero, el economista opinó que «no existen señales que muestren que en 2007 estos obstáculos desaparecerán. El gobierno debería incentivar la inversión y pensar en un plan de largo plazo, en vez de ahuyentarla, minimizar índices de inflación y generar distorsiones».

Periodista: ¿Qué opina de la política económica actual?

Jorge Albanesi: Venimos creciendo a tasas muy altas, similares a las que lo hacen los países asiáticos. Sin embargo, creo que el actual esquema no tendrá sustento en el largo plazo si no se aumenta la tasa de inversión. Su base tiene dos pilares básicos: mantener alto el tipo de cambio y el superávit fiscal, que están íntimamente relacionados. En el primer caso, el BCRA interviene diariamente en el mercado comprando dólares, que provienen básicamente de las exportaciones, para mantener estable el tipo de cambio en $ 3,1 y emite pesos que luego esteriliza. Por otro lado, el superávit fiscal se logra a partir del buen nivel de ingresos provenientes de los impuestos clásicos más lo obtenido de la retención a las exportaciones y del impuesto a las transacciones. Impuestos distorsivos que en algún momento deberán ser reducidos. Un punto en contra es que los gastos públicos aumentan por encima del PIB nominal.

P.: Usted menciona la inversión como uno de los puntos a modificar en el modelo; ¿qué opina de sus perspectivas?

J.A.: China crece 9% con una inversión cercana a 40% de su PBI; nosotros hemos crecido al mismo ritmo pero invirtiendo entre 17,7% y 21,7% del PIB. Lo logramos porque usamos la capacidad ociosa generada tras la crisis de 2001-2002. Pero 2006 muestra claros síntomas de saturación productiva: la industria está operando en niveles muy cercanos al límite y los problemas energéticos no muestran soluciones claras en el corto plazo. Más aun, no existen señales que den evidencia de que en 2007 esos obstáculos desaparecerán, con lo cual el gobierno debería crear claros incentivos para atraer inversión. Pero a juzgar por su manera de actuar, tiene otros planes, y no sería descabellado pensar que son opuestos, «desincentivarla». Digo esto porque lo que perciben las empresas hoy es que los márgenes de ganancias se achican porque el gobierno insta a firmar acuerdos de precios en un contexto de demanda creciente y con una oferta que está enfrentando un tope; aumentos en el precio de insumos provocados por mejoras salariales, y un incremento en las tarifas de gas y electricidad. Es claro que éste no es un panorama propicio para hacer grandes inversiones como en los últimos años.

P.: ¿Qué opina del accionar del secretario de Comercio, Guillermo Moreno?

J.A.: La amenaza de aplicación de la Ley de Abastecimiento anunciada por él va en desmedro de las empresas petroleras comercializadoras que actúan en el país, muchas de las cuales realizan actividades de explotación. Parece contradictorio con lo buscado por la Ley de Hidrocarburos. La Argentina es un país superavitario de nafta pero no en gasoil. La escasez de gasoil tiene lugar durante la época de cosecha y siembra (4 meses al año), debería ser cubierta entonces a través de la importación. Bajo ese contexto, las empresas venderían ese faltante estacional de gasoil a pérdida si es que el gobierno no deja que comercialicen el combustible a otro precio que no sea el que hoy rige en el mercado. Lo que hace el gobierno es emular al mercado: pretende fijar precio y cantidad al mismo tiempo, pero bajo criterios muy distintos a los que subyacen a la ley de oferta y demanda. Me parece que es una gran atribución por parte del Estado que ocasiona una enorme distorsión. No va a permitir que el precio del gasoil se libere porque aumentaría y atentaría contra su objetivo de mantener controlado el índice de inflación. Tampoco querrá dejar sin gasoil al sector agrícola porque atentaría contra la producción de granos y consecuentemente con los volúmenes exportados disminuyendo el ingreso por retenciones, más allá de querer mantener aceitada la relación entre el gobierno y el campo. Si el precio es inamovible, alguien perderá: las petroleras privadas o el gobierno a través de un nuevo subsidio.

  • Industria

    P.: ¿Cómo ve la situación de la industria?

    J.A.: El 2006 parece ser un año récord para la industria. Los sectores que impulsan el crecimiento son Automotores y Minerales no Metálicos. En este último caso, conformado por las empresas productoras de cemento y vidrio, el buen desempeño se debe al notable desarrollo de la construcción en las principales ciudades del país. Lo interesante es que el sector no sufre una restricción por parte de sus recursos productivos. Al parecer, las inversiones realizadas en la década pasada con el fin de ampliar la capacidad son suficientes para contener la creciente demanda interna de cemento. Por eso creo que éste sería uno de los sectores de mayor dinamismo en 2007. Otros sectores que acompañan el crecimiento son Alimentos y Bebidas; Cigarrillos, y Combustibles. La realidad es que la mayoría de los sectores industriales se encuentra produciendo al máximo de su capacidad, y, a pesar del contexto generado por el gobierno, algunas empresas están invirtiendo para disponer de mayores recursos productivos con el objetivo de satisfacer y aprovechar la creciente demanda interna. Pero aún no está claro si esas inversiones van a ser suficientes para mantener las tasas de crecimiento observadas este año. Por otro lado, las restricciones energéticas y las presiones sindicales pueden jugar en contra de la actividad.

    Entrevista de Laura Costa
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