21 de agosto 2020 - 09:09

Cuando la ideología se impone

La grieta expone los casos Maldonado y Astudillo como como banderas a un lado y al otro.

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Fuente: @huarna35

Resulta curioso ver a muchos de los sectores de derecha más radicalizados preocuparse hoy por el caso de Facundo Astudillo Castro, cuando son los mismos que durante el tratamiento del caso vinculado a Santiago Maldonado hacían chistes de mal gusto y ponían el foco –sin ninguna información- en inventar versiones acerca del posible desenlace cargando siempre contra la responsabilidad del joven y de la comunidad mapuche, pero nunca sobre las autoridades gubernamentales ni de la Gendarmería que había estado a cargo del operativo que dio origen a la desaparición durante tanto tiempo del cuerpo. ¿Cambiaron? ¿O simplemente se trata de una cuestión ideológica que busca, hoy, exhibir la responsabilidad del gobierno de Alberto Fernández en un caso con algunas presuntas equivalencias como los excesos de las fuerzas de seguridad?

También hay que decir que durante el caso Maldonado los sectores de izquierda y del kirchnerismo se apresuraron en salir a confirmar la versión que apuntaba a la Gendarmería sin contar con la totalidad de la información. Sin embargo, con el hallazgo del cuerpo y luego de los peritajes todavía hay quienes discuten la responsabilidad de las fuerzas en caso que, como mínimo, la muerte se haya provocado como consecuencia de una persecución que lo obligó a meterse en el río Chubut, con los riesgos que eso suponía por las bajas temperaturas y las fuertes correntadas.

En la marcha del 17 de agosto pudo cristalizarse nítidamente que muchos hablaron del caso Astudillo como si se tratara de la revancha del caso Maldonado. Si bien es cierto que ante casos similares la contención en las calles por parte del peronismo es distinta si se está en el poder o no, y más allá de la responsabilidad que le pueda caber al gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, al ministro de Seguridad Sergio Berni y a los policías bonaerenses involucrados, en el juego de equivalencias si para el kirchnerismo el responsable del caso Maldonado era Mauricio Macri y Patricia Bullrich, ahora los responsables serían Alberto Fernández y Sabina Frederic. Con la salvedad que la Gendarmería depende del Ministerio de Seguridad de la Nación y la policía bonaerense de la misma cartera en el ámbito de la provincia de Buenos Aires. Y a eso apuntan los que intentan mostrar su presunta preocupación sobre el caso Astudillo. En rigor, no parece importarles genuinamente la resolución del caso o los excesos de las fuerzas de seguridad. Por el contrario, suelen ser esos mismos sectores los que piden mano dura en el accionar policial, del Estado y de la justicia.

Por todo, cuando se impone la ideología, de un lado y del otro de los extremos, no es posible soñar con una justicia equilibrada. Sencillamente porque es la misma sociedad la que reacciona del mismo modo que le cuestiona a la justicia y a la clase política dirigente en su conjunto. Cuando las preventivas no se ajustan a derecho pero son para encarcelar adversarios políticos, parece no importar la institucionalidad ni la república. Del mismo modo que algunos hablaban de una justicia independiente del poder Ejecutivo cuando no afectaba los intereses personales de quienes estaban en el Gobierno, y ahora piden a gritos una reforma judicial por las razones opuestas.

Analista político.

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