Tras las elecciones en la provincia de Buenos Aires, el mercado argentino y la coyuntura económica atravesaron un nivel de volatilidad pocas veces visto. La derrota del oficialismo en el distrito más relevante del país disparó expectativas muy negativas y, al mismo tiempo, dejó en evidencia errores de gestión -como la falta de acumulación de reservas en el segundo trimestre y la eliminación de las LEFIs-, alimentando una atmósfera aún más pesimista.
Tabula rasa: la necesidad recomponer el frente político pese al alivio del salvataje norteamericano
Tras el cimbronazo electoral bonaerense, el rescate de EEUU y la liquidación récord del agro dieron aire al Gobierno, pero persisten dudas políticas.
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Javier Milei, junto a Donald Trump en la reunión bilateral del martes pasado.
En apenas dos semanas, el mercado accionario se desplomó alrededor de un 25%, los bonos siguieron la misma tendencia y el riesgo país saltó de unos 880 puntos básicos a casi 1.500 al 19 de septiembre, apenas diez días hábiles después de los comicios. Como si fuera poco, el mercado comenzó a convalidar un deslizamiento por encima del MLC en torno al 4%. Fue, sin dudas, el período más complejo en materia política y económica desde la asunción del Gobierno en diciembre de 2023.
El 20 de septiembre, en medio de la volatilidad y el pesimismo, se encendieron las alarmas con un rumor inesperado: Estados Unidos saldría en auxilio del gobierno de Javier Milei. Y así fue. El secretario del Tesoro norteamericano confirmó públicamente en su cuenta de X que se pondrían en marcha medidas de apoyo incondicional a la Argentina. El efecto en los mercados fue inmediato: los bonos treparon cerca de 20%, el riesgo país colapsó de 1.450 a casi 1.100 puntos en pocas horas y las acciones registraron un alza cercana al 18%.
Las medidas económicas del acuerdo estuvieron en línea con lo anticipado: líneas de crédito contingentes, un swap por 20.000 millones de dólares y, además, la posibilidad de que el Tesoro norteamericano compre deuda argentina en los mercados primario y secundario.
Desde lo local, se sumó un anuncio inesperado pero clave: retenciones cero para la exportación de materias primas, lo que generó una respuesta inmediata del campo. En apenas tres días, las Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE) alcanzaron el tope de 7.000 millones de dólares.
¿Qué espera el mercado?
En menos de un mes, el mercado argentino transitó todos los estados emocionales: del pesimismo extremo y la total incertidumbre a un marcado optimismo por el respaldo externo. Hoy, el frente económico luce más estable, con la expectativa de que el Tesoro empiece a acumular reservas gracias a la fuerte liquidación del agro y logre así cubrir sin sobresaltos los pagos de deuda del próximo semestre.
Lo que sigue siendo una incógnita de cara al futuro es el esquema cambiario, que al estar cerca de la banda superior limita el margen de maniobra y podría condicionar la compra continua de divisas.
Sin embargo, las dudas persisten en el plano político. El Gobierno debería volver a las bases, hacer un verdadero tabula rasa y recomponer puentes con actores clave como Mauricio Macri y otros dirigentes que resultaron fundamentales en su llegada al poder. Solo así podrá anclar expectativas en el terreno político y llegar con mayores chances de lograr una victoria en las elecciones del 26 de octubre.
* Socio en AT Inversiones
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