5 de octubre 2007 - 00:00

Acapara el kirchnerismo símbolos de campaña de todo el peronismo

La Justicia atendió el reclamo del kirchnerismo para que cualquier imagen que pertenezca ose aproxime a la iconografía peronista sea eliminada de las boletas opositoras.
La Justicia atendió el reclamo del kirchnerismo para que cualquier imagen que pertenezca o se aproxime a la iconografía peronista sea eliminada de las boletas opositoras.
Como custodio de una identidad brumosa y equívoca, el gobierno emprendió y ganó una pulseada para «despojar» a los peronistas disidentes que postulan a Alberto Rodríguez Saá cualquier atisbo gestual o iconográfico que remita, siquiera veladamente, al PJ.

Tiempo atrás, los díscolos debieron archivar la idea de portar la marca PJ, que pretendían tras el simulacro de Congreso de Potrero de los Funes. Sufrieron otro sacudón: el 28 de octubre, no podrán usar el sello Frejuli ni imprimir en sus boletas los dedos en V.

Ayer, en la audiencia convocada por la Justicia electoral para la oficialización de las boletas que cada partido pondrá en el cuarto oscuro, el Frente para la Victoria (FpV) bloqueó la utilización de ambos íconos bajo el argumento de que son propiedad del PJ oficial.

Fue Jorge Landau, el inclemente apoderado K, quien funcionó como verdugo: la sigla Fre.Ju.Li. fue usada por el peronismo en la elección que ganó Héctor Cámpora en el '73. Es, como pocas, una etiqueta setentista y, por tanto, Néstor Kirchner quiere preservarla para sí.

Sin margen para usar el sello PJ, los potreristas habían anotado en la Justicia su Frente Justicia, Unión y Libertad con la pretensión de dibujar su Fre.J.U.Li. Ayer, Landau apeló ese nombre y la imagen de los dedos en V, y la Justicia atendió su reclamo.

Inquieto, Landau también rastrilló otras papeletas: impugnó la figura que el lavagnismo versión peronistas quería acuñar en Buenos Aires y consistía en unir la imagen del mapa bonaerense -que aparenta una P- y una jota mayúscula, que el ojo sensible puede leer como PJ.

Otro que pasó a degüello fue Rodolfo Casal que presentó una boleta bonaerense de su Partido de la Revolución Democrática (PRD) que se parece, para Landau «en demasía» con el logo que encabeza todas las papeleras del oficialista Frente para la Victoria.

  • Presentación

    Un detalle: el PRD perteneció a Miguel Bonasso -acaba de presentar otra vez la marca como Partido de la Reconstrucción Democrática- pero Casal, que viene del Frepaso, se quedó con ese sello en provincia y presentó un puñado de candidatos.

    Bonasso evaluó impugnarlo, pero no lo hizo.

    El celo del kirchnerismo por los íconos que remiten al PJ y al FpV contrastó con la pasividad de los radicales que compiten por fuera de la estructuraque prometían oponerse al uso del escudo radical y la histórica Lista 3 por parte de sus correligionarios lavagnistas.

  • Sintomático

    Ni una palabra. ¿Será porque el peso que en otros tiempos se le dio a la iconografía-radical ya no justifica ni siquiera un pataleo?

    Pero lo más sintomático fue el mutismo en torno a los pseudolemas y las listas espejo. En los días previos se anunciaba una batalla jurídica de fondo por la profusión de listas paralelas en distritos y secciones, y hasta para gobernador,como ocurre con el lavagnismo.

  • Mecánica

    También estaba en discusión, teórica al menos, la práctica este año habitual de armar «boletas espejo», listas donde dos partidos -con candidatos a presidente y a gobernador diferentes- llevan los mismos candidatos en el plano local o seccional.

    Como todos -o casi todos- incurrieron en esa práctica legalmente habilitada pero políticamente brumosa, ningún apoderado se quejó de los pseudolemas ni de las « boletas espejo».

    Esa mecánica tiene casos curiosos como el de Bahía Blanca, donde Pedro Tunessi es candidato a intendente y pretende colgarse, en simultáneo, de la boleta presidencial de Roberto Lavagna y de la de Elisa Carrió. Algo así como una colectora invertida. La UCR se opone.
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