22 de diciembre 2000 - 00:00

Alarmante agresión por TV a Fernando de la Rúa

Alarmante agresión por TV a Fernando de la Rúa
Fernando de la Rúa fue agraviado otra vez en el programa de Marcelo Tinelli, al permitir que un ignoto asistente al programa de televisión que conduce, agrediera al Presidente en forma intempestiva sobre los terroristas presos por La Tablada cuando éste apareció en cámara. Un hecho lamentable que mostró la ineficiencia de los servicios de seguridad de la Presidencia y del canal de TV, cualquiera fuera el responsable en ese momento, cuando el desaforado llegó a tomar de la solapa del saco a De la Rúa y le gritó: «En La Tablada se están muriendo».

En el canal se encontraba el director artístico, Claudio Villarruel, que se confesó «anonadado» por lo ocurrido. El agresor había ingresado como público y se quedó llorando todo el tiempo junto a la integrante del elenco, Marcela Feudale detrás de cámara. Insólitamente no fue detenido. Entre sollozos decía: «Soy un familiar de un preso de La Tablada y tengo miedo de que se muera». Fue tan violenta la situación que De la Rúa se volvió hacia él y cuando terminó el programa le dijo: «No te preocupes que estoy estudiando cómo resolverlo», mientras la seguridad interna del canal se mostraba consternada. El Presidente había ingresado acompañado de Darío Lopérfido, el edecán de turno y dos custodios de civil de la Policía Federal. El secretario de Cultura se mostró distendido cuando sonriendo calificó al hecho de «acting», usando un término teatral. Felizmente el intruso sólo quiso hacer un intempestivo reclamo en el momento menos feliz, porque de lo contrario hubiera mostrado hasta qué punto el Presidente está desprotegido.

Esta vez fue un gesto verbal pero podría el Presidente haber sido víctima de un atentado a su vida.

Una gestión de Lopérfido -que ayer apareció en cámaras-, comentada ayer en la Casa Rosada después de haberse retirado Carlos Chacho Alvarez, junto a Ricardo Os tuni, facilitó la llegada de De la Rúa al programa de Tinelli. Se buscó limar asperezas luego de que se conociera que el Presidente había manifestado su desagrado, ante un grupo de empresarios, por el tratamiento descomedido que hacía de él un sosías por televisión. De la Rúa buscó, y así lo manifestó, demostrar que es un hombre con sentido del humor y se encargó de transmitirlo a quien lo imita diciéndole «te felicito por el humor, Figuretti». Este personaje es el actor Fredi Pérez de Villarreal.

Agradecimiento

Se aprovechó, en un programa y en un horario de alto rating, para que el Presidente se dirigiera a la audiencia a 48 horas de la Nochebuena. «Quiero agradecerte todo lo que hacés por la gente», le dijo De la Rúa al conductor del espacio, que no pudo evitar que ese primer paso desafortunado tiñera el bloque de una seriedad y un acartonamiento que quizás los protagonistas buscaron evitar.

El primer mandatario aprovechó para convocar a los argentinos a tener confianza en el futuro, subrayando la importancia del blindaje financiero recibido.
«El blindaje es una garantía para la Argentina», dijo De la Rúa. Y agregó: «Esto alienta al optimismo y a vos -dirigiéndose a Tinelli-, no te falta con qué», exhibiendo por primera vez una abierta sonrisa.

Volvió a convocar a la confianza cuando reiteró que el blindaje facilitará
«las medidas para promover el crecimiento. Estamos avanzando por un camino firme». Agregó que el respaldo recibido «es una garantía internacional; es un signo de confianza en el país, un pedestal para impulsar el crecimiento».

No olvidó mencionar que la recesión que vive la Argentina tuvo su inicio hace ya tres años y que de alguna manera es parte de la herencia recibida por el gobierno. Fue cuando le preguntaron sobre la reunión mantenida con Chacho Alvarez.
«¿Vuelve al gobierno?», fue el interrogante. «En realidad nunca se fue...» (De la Rúa ti tubeó), para de inmediato agregar «...de la Alianza». A partir de allí explicó que «se trató de un diálogo cordial, de amigos, donde se pasó revista a los problemas que nos preocupan».

De la Rúa volvió a provocar la confianza en la gestión de su gobierno cuando afirmó en primera persona: «Quiero que todo vaya bien. Pongamos fe en el país. No hagamos caso de los agoreros que dicen lo contrario». Y prácticamente se despidió cuando afirmó: «No nos dejemos vencer». El propósito estaba cumplido y los gestos y morisquetas del sosías del Presidente parecieron fuera de lugar. No quedó espacio para bromas. No obstante lo cual De la Rúa se acercó a él y lo saludó con afecto.

El final de la visita fue un blooper presidencial también inesperado. Mientras el programa continuaba,
se vio a De la Rúa enfilar hacia un costado del escenario montado por donde no había salida. Y las cámaras lo siguieron, lo mismo que el haz de luz de un reflector, hasta que encontró el rumbo.

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