21 de octubre 2004 - 00:00

Arma López Murphy ejército de fiscales

Ricardo López Murphy
Ricardo López Murphy
Ricardo López Murphy aprendió rápido una lección del manual -no escrito- que adiestra sobre cómo sobrevivir en el ring político bonaerense. Sin un ejército de fiscales que custodien los votos y las urnas, toda aventura electoral en la provincia está condenada a derrapar.

Quizás en ese aprendizaje veloz, incidió la experiencia que, en charlas pasadas, le trasmitió Luis Patti. El ex comisario cuenta que en los dos turnos que peleó por la gobernación -1999 y 2003- el PJ lo «hizo desaparecer» del cuarto oscuro, escondiendo sus boletas.

No es, claro, una garantía de éxito. A pesar de eso, precavido, días atrás López Murphy le ordenó a su comandancia bonaerense que se dedique a confeccionar esa red. Calculó que, como mínimo, necesita unos 35 mil escuderos para tener una cobertura razonable.

No todo, sin embargo, será tropa propia. Los contactos y conversaciones que, junto a Edgardo Srodek, López Murphy mantiene con dirigentes bonaerenses, ensayo de «megafrente antiduhaldista», también servirán para contribuir al diseño y armado del comando fiscalizador.

La base es lo que quedó de la elección de 2003 cuando logró conformar 54 juntas promotoras en la provincia con lo que, dice, abarcaba 82% del padrón electoral. Pero para setiembre, cuando Recrear ofertó a Hernán Lombardi como candidato a gobernador, se habían producido fugas.

• Rebeldes

De hecho, en la presidencial, dirigentes del entonces incipiente radicalismo rebelde -ahora escindido y amontonado en el Grupo Olavarría- se preocuparon más por cuidar (y repartir) la boleta de López Murphy que la del candidato oficial de la UCR, Leopoldo Moreau.

En la general bonaerense, en cambio,
aquel respaldo informal se licuó. Un eventual entendimiento con los disidentes, que se cocina a través de charlas que el economista mantiene con dirigentes como Gustavo Posse, le serviría para reforzar esa red de fiscales.

Contactos con capitanes del PAUFE de Patti, la UCeDé de
Hugo Bontempo, vecinalistas y hasta peronistas disidentes, viudas del duhaldismo y el menemismo, tendrían una utilidad parecida. Aunque, claro, no limitada a la necesidad de custodios electorales.

La confección de ese entramado, sembrando juntas promotoras y locales por la provincia con la consigna
López Murphy Senador 2005, quedó en manos de Emilio Apud y Alfredo Lafuente.

Debajo de la táctica de expansión territorial, hay un mensaje para el porteño nacido en Tandil,
Mauricio Macri, de que el economista no resignará su postulación por Buenos Aires. «Nosotros no tenemos nada más que decir: la decisión depende de Macri», arguyen los lopezmurphystas.

En paralelo, el economista diligenció a los suyos para que empiecen a bosquejar un proyecto para la provincia. Los créditos del BAPRO, un programa para la urbanización de villas y propuestas en Salud, Educación e inevitablemente Seguridad, figuran en el punteo inicial.

La semana próxima, la mesa chica de Recrear comenzará a perfilar los ejes de cada una de sus propuestas. Harán foco en los reclamos de reforma política, cuestión sobre la que quieren facturar a
Felipe Solá porque, dicen, llamó a una mesa de diálogo sólo para congelar los cambios.

Reprochan en Recrear que luego de anunciar la instrumentación del voto electrónico, «
Solá se olvidó del tema». No es una queja casual: López Murphy supone, con lógica, que si existiese ese sistema, no necesitaría gastar esfuerzos en formar un ejército de fiscales.

Dejá tu comentario

Te puede interesar