26 de agosto 2020 - 00:00

Revés de testigos de la fiscalía a sospecha de compra irregular de las empresas de Báez 

Dos testigos negaron que la venta en el año 2006 de una empresa constructora a Lázaro Báez haya sido por coacción. Uno de ellos, hijo de un empresario fallecido, mencionó el pago de coimas pero dijo no recordar a quién se destinaban los supuestos sobornos.  

Lázaro Báez.

Lázaro Báez.

Imagen: Wikipedia

Convocados por la fiscalía, Nicolás Loscalzo y Jorge Luís Del Curto declararon bajo juramento en una nueva audiencia del juicio por presunto desmanejo en la adjudicación de obra pública a la provincia de Santa Cruz.

Según la acusación, la firma de Lázaro Báez, Austral Construcciones, se edificó a partir de la compra irregular de la constructora “Loscalzo Del Curto SRL”, que incluyó presiones a sus dueños. Esa versión fue negada por Del Curto, quien al ser consultado por el fiscal de juicio Diego Luciani dijo que la empresa fue vendida a Báez porque su socio Loscalzo, ya fallecido, estaba construyendo un hostel en El Calafate y quería radicarse allí. Según relató, el abogado de la compañía tenía relación con el escribano de Austral. “Le comentamos que queríamos vender y se la ofreció”, afirmó. Y recordó que en medio de las negociaciones su socio falleció en un accidente automovilístico, hecho que lo impulsó definitivamente a desprenderse de la constructora. “No hablé con nadie de Austral. No le conocí ni la cara a Lázaro, sólo hablaba con el escribano y con nuestro abogado”, dijo ante el interrogatorio del fiscal. Y destacó que cobró en tiempo y forma por la venta de la firma, con tres cheques en enero, febrero y marzo del año 2006. Y, consultado por el Tribunal, afirmó haber quedado satisfecho con el precio de venta. “Estuvo bien vendida, no perdí plata ni expectativas económicas”, aseguró.

El empresario detalló que mientras tuvieron la empresa se dedicaron sobre todo a la obra privada. Y que uno de los problemas que encontraron para ingresar a la obra pública era que les costaba ganar las licitaciones porque no tenían la capacidad suficiente. Sobre este punto, contrastó la situación de Austral, al afirmar que había crecido en forma exponencial y que ganaban las obras.

La declaración de Del Curto rebatió otro argumento de la acusación. Tiene que ver con los plazos de cobro. Lo que afirma la fiscalía es que a Austral se le pagaba antes que al resto, en un plazo de treinta días. Sin embargo, el empresario afirmó que siempre cobraban a término, “entre los treinta y los sesenta días”. Consultado por el juez Jorge Gorini por el mecanismo de los pagos detalló que “se certificaba a fin de mes con el inspector que verificaba en la obra lo que estaba hecho y sobre eso se estimaba el porcentaje de avance al ente que correspondiera y ahi facturábamos”.

El otro testigo de la jornada fue Nicolás Desclazo, el hijo del fundador de la empresa fallecido. Relató que era “muy chico” cuando su padre fundó la empresa pero que recuerda “el crecimiento”, ya que “como adolescente tenía cada vez mas gustos y veía mejoras económicas en la familia”. Consultados por los motivos de la venta, ratificó que estuvo relacionada con la muerte de su padre: “por lógica la empresa no era lo mismo y yo tenía 21 años, vivía en un frasco de mayonesa, me era imposible llevarla adelante”, reveló. Y ratificó que su papá quería vender todo para radicarse en El Calafate porque “estaba cansado del sistema de tener que trabajar en obra publica y tener que pasar sobres por abajo de la mesa”. “¿A quien le pasaba sobres?”, repreguntó el fiscal. “No lo sé”, respondió. Tampoco dijo conocer con qué empresarios tenía relación su padre.

La de este martes fue una audiencia con varios cruces entre el fiscal, las defensas y los jueces. Ninguno de los dos testigos avalaron la hipótesis de una venta coaccionada de “Loscalzo Del Curto SRL” a Austral Construcciones. Hecho que, según evaluaron algunas de las defensas al cerrar el debate vía Zoom, debilitó aún más la acusación.

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