Al narrar su experiencia con el hábito de fumar, dijo anoche Cristina de Kirchner: «Dejé de fumar hace 20 años, yo era una fumadora compulsiva, dos atados por día», comentó, y bromeó con que hizo su contribución a bajar aquella estadística el «31 de diciembre de 1988», cuando abandonó el hábito. «¡No saben cómo mejoré las condiciones de vida!», se ufanó la primera mandataria.
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Como le suele ocurrir en actos en la Capital Federal, la Presidente buscó mortificar a los porteños, atribuyéndoles una predilección por el uso de drogas prohibidas a las que pueden acceder en razón de su alto nivel de vida. «No deja de llamar la atención que muchas veces las adicciones se descubren en sectores de alto poder adquisitivo», opinó, y marcó el caso de la Capital Federal, que tiene «un PBI per cápita del primer mundo», pero muestra los mayores índices de consumo de sustancias adictivas.
Reflexionó sobre los «valores de una sociedad contemporánea, un mundo sin objetivos, donde tal vez el padre le da al hijo todo lo que quiere, pero no todo lo que necesita», y consideró que «tal vez el interrogante (que debe plantearse) es el de una crisis de valores» en la sociedad. No mencionó Cristina de Kirchner la crisis que la droga, particularmente el «paco», produce en sectores de clase baja del conurbano de la provincia de Buenos Aires, gobernado desde hace décadas por el peronismo.
«Creo que también en este tema debemos plantearnos la necesidad de instalar nuevos valores, nuevos objetivos, rescatar la institución de la familia como el gran contenedor, el gran educador.» También reflexionó que «las adicciones son demandas o llamados que está haciendo alguien, tal vez para escapar de una realidad. Realmente, es la falta de contención, de afectos, que puede llevar a las personas a esto».
«Los que deben ser perseguidos son los que venden las sustancias, tenemos que tener una mirada distinta. Necesitamos un pacto, un acuerdo entre los ministerios,pero también entre los argentinos, para ayudar y ayudarnos a comprender realmente cuál es el problema», consignó.
En ese sentido, llamó a que la gente «no condenar al adicto» y aseveró que «los que deben ser perseguidos no son los que consumen, sino los que venden las sustancias». Cuando esto decía, miraba al ministro Aníbal Fernández, que apoya la despenalización de la tenencia de drogas para uso personal, en consonancia con algunos fallos de la Justicia.
La Presidente destacó y agradecióa la comisión de científicosy profesionales que realizaronel trabajo, bajo la dirección del ministro de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos, Aníbal Fernández.
Cristina de Kirchner encabezó la presentación del informe acompañada, además del ministro Fernández, por el ministro del Interior, Florencio Randazzo; la ministra de Salud, Graciela Ocaña; el ministro de Trabajo, Carlos Tomada; la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner; y el ministro de Educación, Juan Carlos Tedesco.
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