17 de agosto 2017 - 23:47

Cromosomas PRO, campaña real de oficialistas “externos”

• ESFUERZOS DE CANDIDATOS PARA ACOPLARSE A LA METODOLOGÍA DE CAMPAÑA. SILENCIOS "SELECTIVOS"
La comprobación más fuerte de las tensiones entre recién llegados a Cambiemos se dio con Graciela Ocaña, postulante con mayor cantidad de votos de todo el país en las PASO del 13-A.

Desde arriba. La “hormiguita” Graciela Ocaña ganó cómoda como precandidata a diputada nacional de Cambiemos en Buenos Aires.
Desde arriba. La “hormiguita” Graciela Ocaña ganó cómoda como precandidata a diputada nacional de Cambiemos en Buenos Aires.
Graciela Ocaña fue la precandidata con mayores votos del país en las PASO del 13 de agosto pasado. La postulante a diputada nacional por Buenos Aires aventajó con comodidad al camporismo -casi 200.000 de diferencia- y más de 25.000 a las nóminas de senadores de Esteban Bullrich (su compañero de Cambiemos) y de la expresidente Cristina de Kirchner, su exjefa. Ahora, la actual legisladora porteña tiene un desafío por delante: incorporar el "cromosoma PRO" para evitar tensiones de cara al 22-O.

El expediente "Ocaña" se pudo ver con mayor claridad durante las semanas previas a las PASO, cuando Mauricio Macri y la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal, se pusieron la campaña "al hombro" y jugaron fuerte por la marca Cambiemos. La victoria oficialista en buena parte del país y el empate técnico en Buenos Aires dieron mayor entidad a la estrategia de Casa Rosada y a las figuras indiscutidas del presidente y de la gobernadora.

Sin embargo, y con los parámetros que marcó el escrutinio provisorio, se esperaba una conferencia al día siguiente con una dosis mayor de protagonismo a favor de Ocaña, pero la actual legisladora porteña fue una de las últimas candidatas en recibir el micrófono para hablar sobre los proyectos a impulsar en caso de ingresar en diciembre en el Congreso.

Ahora, la precandidata más votada de todo el país arranca con una tensa campaña debido al choque inevitable entre incorporar el cromosoma PRO y mantener individualidad. Por caso, Ocaña impulsa denuncias -entre semanas- de las cuales se nutre luego el oficialismo.

La tensión a la hora de exponer a Ocaña y los posteriores celos del equipo de Vidal, no obstante, son cuestiones más "amenas" que la situación de elección de precandidaturas, donde la gobernadora evitó una postulación de Elisa Carrió, quien luego arrasó en distintas presentaciones -conferencias, redes, etcétera- y levantó la imagen de Cambiemos, incluso en territorio bonaerense.

Ejemplos

Un poco más aliviado que Ocaña se encuentra Guillermo Montenegro, "marcado" por los jerarcas PRO por haber jugado junto a la vicepresidente, Gabriela Michetti, en la irracional interna contra Horacio Rodríguez Larreta en 2015, que casi le cuesta a Mauricio Macri la Ciudad y la presidencia.

Hoy, Michetti comanda el Senado desde lo protocolar: está alejada de cualquier tipo de negociación política y es criticada por oposición e incluso por algunos oficialistas por la poca profesionalidad a la hora de manejar las sesiones, ya que los legisladores prefieren a Federico Pinedo. Montenegro, enviado a Uruguay como embajador, aterrizaría en diciembre como diputado y quedaría como soldado raso del interbloque que lidera el radical Mario Negri.

Estas tensiones fueron mucho más fáciles de manejar en el kirchnerismo: los pocos que hablaron durante la campaña para las PASO debían tener la bendición de la expresidente, tras la picardía inicial de la primera postulante a diputada nacional, Fernanda Vallejos, quien dijo que "el gobierno anterior era transparente", que "la corrupción es algo que inventan los medios" y que el exvicepresidente Amado Boudou "es un perseguido político como Yrigoyen, Perón, Evita, Néstor y Cristina Kirchner". En las últimas horas, el camporismo amplió su "espectro" para criticar el escrutinio provisorio y presentó como una "estrella" al otrora radical Leopoldo Moreau.

Dejá tu comentario

Te puede interesar