11 de agosto 2025 - 00:00

Dólar, inflación, gasto público y elecciones, los temas prioritarios en la Casa Rosada

En la Casa Rosada celebran el acuerdo con el PRO, la estabilidad del dólar y los primeros datos de inflación para agosto. Pero preocupan las presiones por aumentar el gasto mientras siguen de cerca las encuestas por las elecciones en Buenos Aires. Inquietud entre los empresarios por el riesgo político.

En la Casa Rosada preocupan las presiones por aumentar el gasto mientras siguen de cerca las encuestas por las elecciones en Buenos Aires.

En la Casa Rosada preocupan las presiones por aumentar el gasto mientras siguen de cerca las encuestas por las elecciones en Buenos Aires.

Una semana intensa se vivió en la Casa Rosada. Con victorias como haber logrado que el PRO se pinte de violeta; que la suba del dólar no se traslade mayormente a los precios (al menos hasta ahora) y que se acallaran las peleas internas entre Karina Milei, Lule y Martin Menem con Santiago Caputo.

Todo vuelve a la normalidad” suelen responder respecto a las diferencias que hubo en el “Triángulo de Hierro” que ahora tiene una nueva conformación con la incorporación del jefe de Gabinete Guillermo Francos. Pero ahora, “no hay dudas de que la voz de la hermana del presidente suena más fuerte”, comentan en los pasillos de la Rosada.

Los escollos para los libertarios vienen de la política, particularmente del Congreso al que responsabilizan de la aprobación de proyectos que afectan, según dice el propio Javier Milei, el equilibrio fiscal.

“No hay plata” y “Afuera” (en referencia al achique del Estado) eran las expresiones que resumían la convicción del presidente en defender el equilibrio fiscal y ahora se suma: Veto o “me sacaran con los pies por adelante” dramatizando la defensa a ultranza ante las presiones por aumentar el gasto.

En este contexto, algunos legisladores se preguntan cómo se manejará el gobierno con el proyecto de presupuesto que debe ingresar al Parlamento en septiembre. “No los vemos con ánimo de negociar”, comentan.

Dólar

Tras la recuperación experimentada por el tipo de cambio en las últimas semanas, entre los operadores del mercado tiende a predominar la expectativa de una relativa estabilidad del dólar, en torno de los actuales niveles, al menos hasta septiembre.

El tipo de cambio real multilateral subió 22% desde mediados de abril y la mitad de este aumento ocurrió en julio. La suba nominal en el mercado local más la apreciación de las monedas emergentes en el plano internacional posibilitaron la recuperación de la competitividad del peso.

La devaluación fue de 25% con relación al real brasileño, en tanto que con respecto al dólar estadounidense se observa una depreciación de 17%.

El equipo económico parece cómodo con este nivel y se considera que jugará ahora sus cartas para sostener la divisa en torno de los actuales valores.

Desde ya que la estabilidad del dólar no está asegurada, existen riesgos que pueden derivar de la situación política o económica – el Tesoro debe renovar abultados vencimientos en agosto-.

Con todo, el ánimo predominante en el mercado es que el tándem Ministerio de Economía – Banco Central cuenta con suficientes herramientas como para mantener en lo inmediato la pax cambiaria. Al respecto, se estima que las reservas de libre disponibilidad con que cuenta la autoridad monetaria rondan los 20.000 millones de dólares, suficientes como para “domesticar” al mercado.

Distinta es la situación más allá de octubre, cuando pasen las elecciones, momento en el que en el mercado se especula con la posibilidad de una corrección en la política cambiaria.

Inflación

El último informe del Fondo Monetario Internacional calculó que el peso tuvo una depreciación de 15% desde que comenzó la flotación del dólar, en abril, y la devaluación se acentuó en los últimos días con la suba que tuvieron las distintas versiones de la divisa.

En los últimos cuatro meses el tipo de cambio pasó de $1.070 a $1.330, es decir una suba de 25% que en buena medida se concentró en la última parte del mes pasado. Sin embargo, el impacto sobre el proceso inflacionario fue mínimo. La variación de precios de productos de consumo masivo (alimentos, limpieza, tocador) fue de 0,2% semanal antes del último salto cambiario, en julio, y en la primera semana de agosto se ubicó en 0,3%, según una encuesta que realiza Ecolatina sobre 25.000 artículos que se venden en supermercados.

A diferencia de lo sucedido en el pasado, las primeras proyecciones de inflación para agosto arrojan un limitado traslado a precios de la devaluación. En principio, las estimaciones privadas calculan que el índice se ubicará entre 2 y 2,5% en el mes en curso.

A favor de este pronóstico jugaría que el dólar, como se señaló más arriba, se estabilizaría, en un contexto macroeconómico restrictivo en materia monetaria – con altas tasas de interés – y fiscal, mayor apertura comercial y debilidad en los ingresos de la población.

Elección peleada en la provincia de Buenos Aires

Las últimas encuestas que se manejan sobre las proyecciones del resultado electoral para la crucial provincia de Buenos Aires arrojan un panorama complicado para los libertarios.

El frente conformado por La Libertad Avanza y el PRO triunfaría por unos 3 puntos en la primera sección, perdería por 10 puntos en la tercera, empataría en la octava y sacaría 14 puntos de ventaja en el interior de la provincia, según la última medición que trascendió en la Casa Rosada. En este escenario se trataría de una elección pareja.

Pero otras mediciones prevén un empate en la primera sección, el predominio del peronismo por 15 puntos en la tercera, el triunfo libertario en las secciones dos, tres y cinco y que la coalición de centro Somos Buenos Aires gane en la quinta. De darse estos resultados, en el conjunto de los votos el oficialismo perdería en la provincia.

En este contexto, no parece haber todavía certezas sobre el resultado en el territorio bonaerense ya que también hay otras encuestas que muestran un leve margen, de 3 puntos, a favor del oficialismo. Se considera que serán clave aspectos como el ausentismo, el peso de los aparatos y los candidatos (donde el peronismo tiene ventaja) o cuánto arrastre la idea de la nacionalización de la elección (un punto a favor de los libertarios).

El riesgo político

El mayor problema que enfrenta el programa económico es el riesgo político, según se comenta en medios empresarios.

El caso de las concesiones de rutas es citado como un buen ejemplo en este sentido. Algunos de los empresarios más importantes del país fueron invitados por el Gobierno a invertir para hacerse cargo de los corredores viales más rentables, pero hubo negativas. Al ser consultado por los motivos, la respuesta de uno de ellos fue contundente: “porque si en dos años vuelve (Axel) Kicillof me congela la tarifa”.

La evaluación política es que, en el mejor de los casos, el oficialismo logrará un tercio de los diputados (que le permitirá mantener los vetos) y eventualmente lograr que el kirchnerismo no predomine en el Senado, pero no contará con mayorías propias.

Y se considera que “mientras el populismo pueda llegar a volver a conducir la Argentina, difícilmente repunten las inversiones”, salvo en sectores específicos (minería, energía).

Con la devaluación no alcanza

El reciente aumento del dólar trajo algo de respiro al sector industrial ya que tiende a contener el avance de las importaciones y mejorar las posibilidades de la exportación de manufacturas. Pero esta corrección no es suficiente para compensar el llamado “costo argentino”.

Los cálculos de la Unión Industrial Argentina muestran que la producción local, en promedio, sigue siendo 25% más cara en la comparación internacional.

Las razones determinantes de esta diferencia, según los empresarios, deben buscarse en la elevada presión impositiva, la rigidez del mercado laboral, la falta de infraestructura o la escasez del crédito, entre otros factores.

Las pequeñas y medianas empresas industriales se encuentran entre las más afectadas. Siguen predominando los indicadores recesivos, para el 70% de estas compañías la producción está estable o en baja y la preocupación por la debilidad de la demanda alcanza al 68% de las empresas, según la última encuesta del Observatorio Pyme.

El 45% de las firmas informó sentirse amenazada por las importaciones y el 33% verificó pérdida de participación a manos de la competencia externa.

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