10 de octubre 2001 - 00:00

EE.UU. sigue atacando y envía tropas terrestres a Afganistán

Por tercer día consecutivo, y por primera vez de día, aviones de guerra y buques norteamericanos volvieron a atacar ayer bases terroristas y objetivos militares en Afganistán. La Casa Blanca anunció que como ya controla el espacio aéreo de ese país, podrá desde ahora llevar a cabo sus bombardeos de manera ininterrumpida. Sin embargo, en el primer trago amargo de la campaña contra el terrorismo, se informó que misiles cayeron sobre una oficina de un grupo humanitario de Kabul financiado por la ONU, dejando 4 muertos. Las autoridades militares norteamericanas admitieron que el éxito de las incursiones ha hecho que la lista de potenciales objetivos del régimen talibán haya comenzado a reducirse. Por eso el gobierno de George W. Bush ya puso en marcha la segunda y más difícil etapa de la campaña militar: las operaciones sobre el terreno. Según informó la prensa, la Casa Blanca ordenó el envío a Asia central de 1.000 efectivos terrestres, que se sumarán a otros tantos ya apostados en la zona. Esa nueva etapa de las operaciones entrañará más riesgos, pero para evitar repetir la experiencia soviética en la escarpada geografía afgana, se ha decidido esta vez no proceder a la ocupación efectiva del terreno sino realizar incursiones focalizadas contra determinados objetivos. Mientras, la red terrorista de Osama bin Laden, Al-Qaeda (La Base), redobló su desafío. A través de su vocero dijo que nuevos aviones bomba podrían caer sobre las ciudades de Estados Unidos y aseguró que todos los musulmanes tienen derecho a atacar objetivos norteamericanos en todo el mundo.

Fotos satelitales de la base de Garmabak, en Afganistán, antes y después de los bombardeos.
Fotos satelitales de la base de Garmabak, en Afganistán, antes y después de los bombardeos.
Washington e Islamabad (EFE, Reuters, AFP, DPA) - Mientras Estados Unidos continuó bombardeando blancos talibanes en Afganistán por tercer día consecutivo, se dio a conocer que el presidente George W. Bush anunció ayer al Congreso que planea enviar un significativo número de tropas a Asia Central y a otros países de esa región para preparar una eventual intervención terrestre.

Tras anunciar haber logrado la supremacía en el espacio aéreo afgano, Estados Unidos confirmó la muerte de cuatro civiles que trabajaban para una organización no gubernamental financiada por la ONU, en los bombardeos del lunes contra el edificio en el que se encontraban, en Kabul. Se registran así oficialmente los primeros «daños colaterales» de la guerra emprendida por Washington contra el terrorismo.

• Supremacía

En el tercer día de ataques, que por primera vez se hicieron de día, las fuerzas estadounidenses «bombardearon numerosos campos de entrenamiento terroristas, tras lograr supremacía en el espacio aéreo afgano», informó el secretario de Defensa estadounidense, Donald Rumsfeld. «Hemos golpeado numerosos campos de entrenamiento terroristas. Hemos dañado la mayoría de las pistas de aterrizaje, creo que todas menos una, lo mismo que sus radares y cañones de defensa antiaérea», dijo Rumsfeld a la prensa.

El funcionario dijo además que Estados Unidos está en condiciones de iniciar «ataques ininterrumpidos» contra Afganistán, tras inutilizar los sistemas de defensa aérea de los talibanes. Horas después, el jefe del estado mayor de las fuerzas armadas estadounidenses, general Richard Myers, dijo que los objetivos serán atacados las 24 horas del día.

Durante la jornada, Bush declaró que la única «forma para que cesen los ataques es la entrega de Osama bin Laden a Estados Unidos». El presidente aprovechó además para definir como «un éxito» los ataques lanzados desde el domingo en Afganistán contra objetivos de Al-Qaeda y de los talibanes. «Los comandantes militares están convencidos de que nuestros aviones pueden operar ahora libremente sobre Afganistán», dijo Bush, respondiendo a preguntas de periodistas tras encontrarse con el jefe de gobierno alemán
Gerhard Schröder.

Pero cuando un periodista le preguntó si tropas terrestres serán enviadas a Afganistán, el presidente se excusó: «No estoy seguro de decírselo». Bush también notificó formalmente al Congreso el inicio de las hostilidades. En una carta a los parlamentarios, Bush escribió que la duración de los combates no es clara, pero advirtió que la campaña contra el terrorismo será extensa.

• Convicción

Un periodista atribuyó al presidente paquistaní, el general Pervez Musharraf, la convicción de que la guerra concluirá rápido. Pero Bush respondió: «¿Y quien se lo dijo al presidente Musharraf?».

Si bien el Pentágono declinó comentar el posible envío adicional de tropas de tierra a Medio Oriente y Asia Central, fuentes de «The Washington Post» indicaron que el despliegue no es el preludio de un ataque terrestre convencional a gran escala. Según el diario, los ataques aéreos se extenderán durante toda la semana, pero de momento se desconocen los planes del Pentágono, donde, según el diario, «no se ha descartado nada» (ver aparte).

Al mismo tiempo se subraya que el papel exacto que tendrán los soldados que serán desplegados en breve en la región no está definido, pero de momento, según fuentes militares, «darán a los estrategas una flexibilidad mucho mayor».

Entre los soldados a movilizar se encuentran mil hombres del ejército de tierra que se sumarán a los otros mil de la Décima División de Montaña que ya se encuentran en Asia Central. El movimiento de tropas comenzará, según el «Post», la próxima semana.

En tanto, luego de que la OTAN autorizara formalmente el despliegue de elementos de su fuerza naval permanente en el Mediterráneo, su secretario general,
George Robertson, afirmó en Ottawa que los países miembros de la alianza necesitan dedicar ahora similares esfuerzos económicos en gastos militares a los aplicados durante de la Guerra Fría que sirvieron «para asegurar la seguridad de generaciones». Por otra parte, en Kandahar -base de los talibanes en el sur del país y donde reside su líder, el mullah Mohammed Omar- se registraron a lo largo del día varias oleadas de ataques de las fuerzas estadounidenses.

Los talibanes anunciaron que 35 civiles murieron o resultaron heridos desde el lunes a raíz de los ataques. El embajador de los talibanes en Islamabad,
Abdul Salem Zaeef, aseguró que hay dos millones de afganos dispuestos a morir para proteger su independencia. Zaeef, agregó que Estados Unidos esta usando el terrorismo para instaurar un gobierno de su conveniencia que le permita controlar el comercio de petróleo y gas desde Asia Central. El embajador añadió que Bin Laden, a quien Washington señala como el principal sospechoso de haber organizado los atentados del 11 de setiembre en Estados Unidos, sigue vivo y en Afganistán.

«Estamos decididos a ofrecer dos millones más de mártires por la independencia y la soberanía si es necesario,» dijo Zaeef en una rueda de prensa en Islamabad. «En este mundo unipolar Washington no puede tolerar nuestra naturaleza independiente.» «Estableciendo un gobierno sustituto en Afganistán, América controlaría la política y los recursos naturales en la región,» dijo, e instó a todos los musulmanes a ayudar a Afganistán en su lucha contra la única superpotencia mundial. Mientras tanto, centenares de aterrorizados residentes de Kabul abandonaban la ciudad durante la jornada. Después de resistir dos décadas de guerra, los últimos ataques han resultado demasiado para ellos.

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